Existen muchas fórmulas que pueden ponerse en marcha desde el departamento de Recursos Humanos para aumentar el estímulo personal, para mejorar la motivación laboral de los empleados. A partir de la Teoría de McClelland podemos diseñar actuaciones y procedimientos para mejorar la productividad de nuestros trabajadores. Conocer las necesidades que mueven a cada una de las personas que forman nuestros equipos es el primer paso para aumentar la motivación de los mismos.

La Teoría de McClelland para aumentar la motivación del personal

En la década de los años 60, la época del auge de las teorías psicológicas relacionadas con la motivación o la personalidad, el psicólogo David McClelland desarrolló la famosa teoría de las necesidades.

El postulado principal de la teoría viene a señalar que las personas nos movemos en nuestras relaciones con otras personas o grupos, como es el caso de la empresa, por tres tipos de motivaciones o necesidades, a saber:

  • De logro: porque queremos alcanzar un objetivo o conseguir superar retos de forma constante.
  • De poder: pues nos interesa el control, la dirección y el mando en el equipo
  • De afiliación: cuando nos mueve un deseo de pertenecer y de formar parte de un grupo.

Sobre estas bases, los departamentos de Recursos Humanos pueden llegar a conocer si un empleado tiene una necesidad de afiliación y, en ese caso, poner en marcha acciones para estimular la autoestima o fomentar el compromiso dentro del grupo.

Si, por el contrario, muestra necesidad de logro, será interesante incentivar el desempeño o potenciar la perseverancia. Por último, impulsar la energía o fortalecer la determinación serán estrategias que pueden utilizarse con los empleados con necesidad de poder.

Equipo de RRHH experimentando con nuevas técnicas para aprender cómo aumentar la motivación en la empresa

Qué podemos hacer con las necesidades personales de nuestros empleados

Es importante no olvidar que en un sistema organizativo como la empresa todos los procesos y estrategias puestos en marcha suelen estar interconectados. Por ello, si queremos mejorar la productividad de nuestra plantilla deberemos atender también a sus motivaciones internas, a sus necesidades, con el objetivo de incrementar la satisfacción del grupo y, de igual forma, su rentabilidad.

Si queremos conocer y satisfacer las necesidades de nuestros equipos, deberíamos seguir los siguientes pasos:

  • Definir motivaciones: para conocer qué es lo que mueve a nuestros empleados debemos utilizar métodos como la observación directa o, principalmente, la entrevista, con el fin de que nos arrojen información y evidencias claras de su perfil motivacional.
  • Planificar y establecer estrategias de crecimiento: en función de las características de cada persona, el departamento de Recursos Humanos debe fijar una serie de objetivos y las acciones a llevar a cabo con cada perfil.
  • Evaluar de forma constante: realizando una correcta evaluación del desempeño, así como analizando aspectos como la proyección o las expectativas de futuro o el nivel de satisfacción en la empresa.
  • Desarrollar perfiles de liderazgo: ante aquellas motivaciones de poder, la empresa debe potenciar el crecimiento de dichas personas. Esto facilitará, además, la retención del talento en la empresa.
  • Potenciar entornos colaborativos: el clima laboral, el sentido de pertenencia y las motivaciones de afiliación, se fomentan con el trabajo en equipo, los liderazgos democráticos y una actitud aperturista que facilite la creatividad y la autonomía.

Los planes formativos y de desarrollo individuales deben, por lo tanto, tener en cuenta las motivaciones y necesidades de los individuos que participarán en ellos, con el objetivo final de conseguir profesionales más rentables y productivos.