Manu Baqueiro

Manu Baqueiro, actor

Como muchos otros que han pasado por ‘ Amar en tiempos revueltos’, el papel de Marcelino no iba a durar más de dos meses. Cinco años después, el tabernero al que da vida el actorManu Baqueiro (Madrid, 1978) se ha convertido en uno de los personajesmás emblemáticos de esta serie que emite de forma diaria Televisión Española y que ya ha superado los mil capítulos. Sin preocupación alguna por encasillarse, este madrileño confiesa que está «encantado de la vida  con un personaje que ha ido creciendo desde el principio», aunque reconoce que, después de tanto tiempo frente a las cámaras, añora el teatro.

–¿Cuál fue su primer empleo remunerado?
–Lo primero por lo que gané un dinerillo fue por trabajar en un chiringuito en las fiestas patronales de Majadahonda (Madrid). Allí estaba toda la semana con un amigo. Además, teníamos que quedarnos por las noches vigilando todo, aunque realmente se hacía corto porque pasábamos las horas hablando de nuestras vidas.

–Pero, su primer trabajo más serio lo obtuvo como abogado…
–Sí, yo me licencié en Derecho y obtuve una beca para trabajar un año en la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Pero, pasado ese tiempo, no me gustaba absolutamente nada mi empleo. Me frustraba, pese a que tenía alrededor un equipo de gente estupenda. Por eso preferí cambiar de camino, pero eso forma parte del pasado.

–Entonces cambió las leyes por el escenario. ¿Ya le atraía de antes elmundo de la  interpretación?
–Mi hermano también es actor y para mí, actuar siempre había sido un ‘hobby’, pero no me lo había planteado como algo de lo que poder vivir, más que nada porque si te lo planteas así puedes asustarte… Es más sencillo pensar que tendrás que compaginarlo con otros empleos. Por eso, yo ahora vivo de ello pero asumo que cualquier día no podré; este oficio va y viene.

–¿Cómo recuerda su primera experiencia ante el público?
–Lo recuerdo con mucho pánico. Me acuerdo que me estrené con un café teatro, que había escrito yo mismo, y que se llamaba ‘Homo sapiens’. Allí tenía que salir disfrazado de un pene gigante… ¡Me parecía muy cómico tener tantísimo pánico y al mismo tiempo estar vestido de una manera tan ridícula! En realidad, cuando estás sobre el escenario, interpretando el papel que sea y vestido de cualquier forma, lo disfrutas como un enano, pero los minutos previos a pisarlo son de mucho miedo.

–Gracias a su interpretación deMarcelino, el tabernero de ‘Amar en tiempos revueltos’, se ha hecho familiar para el gran público, pero ¿qué otros papeles hizo antes?
–Empecé poco a poco, con cosas de publicidad, de café teatro y con ‘20 años no es nada’, un texto de Eduardo Recabarren. En realidad, a partir de ahí, una cosa llamó a la otra. En esa obra yo interpretaba a un argentino y justamenteme vio un director de cásting que estaba buscando a alguien para dar vida a otro argentino en una serie, ‘Capital’, para una emisora autonómica. Me llamaron para la prueba y me lo dieron a mí, aunque los argentinos auténticos que estaban por allí se indignaron bastante…

–Poco después de ese trabajo en la serie ‘Capital’ le llamaron para ‘Amar en tiempos revueltos’. De eso se han cumplido cinco años, ¿qué ha aprendido en este tiempo?
–Cuando estás cinco años trabajando en una serie diaria, lo primero que aprendes es a ser profesional. Más allá de lo que sea el talento o la vocación, un empleo de este tipo te enseña a ‘currar’ siete días a la semana –además de grabar hay que aprenderse el guión para todos los días–, a ser metódico…

–¿Cómo se ve dentro de otros cinco años?
–¡Eso es mucho tiempo! Yo miro más a corto plazo. Tengo muchas ganas de volver a hacer teatro. El calor del público es necesario para cualquier actor, y, aunque yo sé que nos venmillones de personas

todos los días, necesito

sentir queme escuchan,

quemeven…Echodemenos

el contacto yesperoretomarlo

dentro de poco.

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