El liderazgo inclusivo es un concepto fundamental para las empresas que quieran mejorar su cultura organizativa. Se caracteriza por ser capaz de crear estructuras colaborativas, flexibles y eficientes. Siempre basadas en la diversidad, equidad e inclusión. Los beneficios de una cultura corporativa inclusiva son muchos. Desde la mejora de la productividad con un equipo cohesionado y satisfecho, hasta la atracción y retención de talento.
Importancia del liderazgo inclusivo
Si quieres construir equipos sólidos y diversos, incluyendo perfiles heterogéneos, es importante que practiques un liderazgo inclusivo. Esto significa adquirir compromisos visibles con la diversidad, equidad e inclusión. Además el objetivo es impulsar a otros a actuar para promover cambios significativos. Una persona con liderazgo inclusivo es capaz de crear estructuras colaborativas, flexibles, eficientes y competitivas. Estas consiguen que cada persona se sienta única y al mismo tiempo parte de un equipo al que pertenecen y al que aporta valor para contribuir de forma activa a un propósito o misión común.
Estos perfiles tienen una clara orientación hacia el cliente. Apuestan por la innovación y la creatividad. Pero sobre todo ven la diversidad como una ventaja competitiva. Algunos otros de sus rasgos son:
- Reconoce la dignidad de todas las personas.
- Ética y valores en todas sus decisiones.
- Humildad: acepta y reconoce su propia vulnerabilidad.
- Críticas: son personas abiertas al cambio que aceptan las críticas
- Consciente de los sesgos: tratan de evitar las discriminaciones desde el reconocimiento de su existencia.
- Apuesta por fomentar el sentimiento de pertenencia en el equipo.
- Propone un clima de respeto, participativo y colaborativo.
Si te preguntas cómo construir una cultura organizativa inclusiva, el primer paso es crear un marco que posibilite este liderazgo. Las empresas necesitan cierta flexibilidad para hacer frente a los retos organizacionales. Es vital que logres comunicar las razones que vinculan esta cultura corporativa con el éxito de la empresa.
La hoja de ruta debe ser conocida por todo el personal en tiempo real. Los perfiles que contribuyen al crecimiento en esta dirección, debe ser motivados e incentivados. Tradicionalmente se ha recompensado por el desempeño, pero es tiempo ya de reconocer los comportamientos inclusivos.
Beneficios de una cultura organizativa inclusiva
Son muchos los beneficios de una cultura organizativa inclusiva. En primer lugar, la atracción y retención del mejor talento al no discriminar ni aplicar sesgos. Pero cabe destacar otros:
- Aumento de la productividad gracias a contar con un equipo consolidado, cohesionado y satisfecho.
- Refuerzo del liderazgo: son más respetados y obtienen mayor fidelidad de la plantilla.
- Mejora de la reputación: así conviertes a tu marca empleadora más competitiva.
- Estimula la creatividad y la innovación: contar con trabajadores con diferentes perspectivas, experiencias, formas de hacer y habilidades, dota a la empresa de un potencial humano más diverso y, por tanto, enriquecido.
- Promueve la apertura a otros mercados: el desarrollo de negocio pasa por salir de la zona de confort. Incluir la diversidad en la estrategia RSC de la empresa propia facilita el proceso de acercarse y conquistar nuevos sectores de clientes potenciales.