Contar un caso de éxito constituye un paradigma para implementar buenas prácticas empresariales. En este caso, se trata de Dan Price, famoso CEO estadounidense conocido por bajar su sueldo de un millón de dólares a los 70.000 anuales de su plantilla. Desde 2015, mantiene este modelo y su empresa de operaciones con tarjetas de crédito, Gravity Payments, sigue siendo un modelo distinto pero ganador.
¿Quién es Dan Price?
Con su pelo largo, a lo Jesucristo, y ese storytelling de niño criado en la granja cristiana en familia numerosa hasta los 12 años, puedes caer en ciertos prejuicios y pensar que estás viendo la película de Captain Fantastic. Sería un error. Dan Price es un auténtico emprendedor que fundó su empresa junto con su hermano a sus tempranos 19 años y que ha sabido tomar decisiones difíciles pero que han aumentado el engagement de la plantilla, hasta el punto de aceptar todos una reducción salarial, en lugar del despido que habría sido la consecuencia más fácil tras las pérdidas provocadas por la pandemia.
“Creo que el sueldo de los CEO se ha salido de madre. Es algo que me ha terminado impactando, porque quiero que la compañía sea sostenible incluso en el caso de que algo me ocurra”. Con frases como estas comunicó su decisión hace 6 años y, gracias a ellas, se va configurando como un perfil nuevo de líder que beneficia a la plantilla, a la empresa y a la sociedad en general.
Obviamente, ha contado con detractores que le han acusado de “socialista” (con el matiz que este adjetivo tiene en USA) y de poner en peligro los puestos de trabajo de su compañía. También ha sido señalado por sus declaraciones en contra de la filantropía, como estrategia de marketing y de relaciones sociales. Dan Price defiende la subida de impuestos legítima a los multimillonarios que solucionaría los huecos del sistema del establishment.
Beneficios para empresas y trabajadores
Según Dan Price, el salario de un CEO no responde tanto a la correspondencia con su trabajo y sus responsabilidades cuanto a lo que cuesta cambiarlo o sustituirlo. Y en este sentido, él ha priorizado a la compañía y a la plantilla frente a su propia posición. Esto ha redundado en beneficio para todos.
De hecho, Dan Price es conocido por algunos medios como “el mejor jefe del mundo”. Y es que este modelo de liderazgo, que está por y para su empresa poniendo a la plantilla en el centro. Es un ejemplo que contrasta con el sistema en que el CEO pone en peligro la sostenibilidad de su proyecto, así como su reputación, cobrando salarios asimétricos al resto de trabajadores.
No solo consiguió nutrir su estrategia corporativa, sino que desde el 2015 Dan Price cuenta con una plantilla feliz. El bienestar laboral es uno de los objetivos prioritarios, especialmente tras las dificultades de la pandemia. Y la distribución equitativa de los salarios ha demostrado ser una de las piezas claves del rompecabezas. Se vuelve a poner en evidencia que cuando la persona trabajadora tiene mejores condiciones económicas, puede dedicar más tiempo y de mayor calidad, al trabajo. Y, así, centrarse en las capacidades superiores de la pirámide de Maslow. Por último, su decisión comprometida y generosa hizo que mejorara la calidad y la productividad de sus trabajadores. Y además atrajo talento cualificado en búsqueda, no tanto del dinero, como de calidad de vida.