Aprender a aprender es la base del conocimiento y la industria 4.0. Diseñar y evaluar el plan de formación de la plantilla, especialmente desde la irrupción de la pandemia, gira en torno a un eje principal: mejorar las habilidades digitales. Ya sea acudiendo a una empresa externa que ofrezca la formación completa o bien capitalizando los recursos humanos propios de la compañía, el objetivo es rentabilizar y retener el talento.
Claves para mejorar las habilidades digitales
La transformación digital de la empresa se enmarca en el Programa Europa Digital 2021-2027. Este apuesta por la inteligencia artificial, la informática de alto rendimiento, la ciberseguridad y la adquisición de competencias digitales especializadas. En particular, en la formación en competencias digitales a lo largo de la vida laboral se orienta a la recualificación y refuerzo, conocidos por sus términos ingleses: reskilling y upskilling.
La automatización de los procesos y la propia digitalización ha marcado una línea evolutiva que ha simplificado las técnicas de producción y que puede aumentar la seguridad y mejorar la comunicación. Pero para ello, es necesaria la puesta en marcha de esta formación, que puede ser online, offline o mixta, aparentemente más coherente con las condiciones híbridas actuales. Asimismo, la bonificación de los cursos es uno de los criterios que tienes que considerar, pues esta actualización se prevé constante.
Algunos de los hitos por los que tiene que pasar tu hoja de ruta de formación en competencias digitales son fundamentos de SEO y estructura de una web; el paquete básico de ofimática con procesador de textos, hojas de cálculo y presentaciones; herramientas de comunicación digital (correo, videollamada, mensajería instantánea); cloud computing, nociones de seguridad informática y programas de seguimiento de trabajo.
Competencias digitales más demandadas
España está en la mitad de la lista europea en cuanto a competencias digitales a nivel general se refiere. Sin embargo, es muy bajo el resultado en perfiles técnicos, especialmente en pymes. Algunos informes señalan que más de la mitad de las empresas tienen dificultades para encontrar candidatos con el talento y las competencias digitales que necesitan.
La organización de la formación se estructurará dando prioridad a las competencias más demandadas. Estas van a variar según el sector, pero se encuentran entre las siguientes:
- Ciberseguridad: proteger la información almacenada por la compañía.
- Gestión de e-commerce: no solo para quienes cuenten con catálogo de productos online, pues estos conocimientos pueden aplicarse a diversas formas de pago. A través de plataformas, tecnologías propias de puntos de venta, como los códigos QR, o la digitalización de suministros y logística.
- Atención al cliente online: muchas compañías han reducido o sencillamente eliminado su presencia física, con lo que la gestión pasa a ser virtual.
- Marketing: identidad digital y gestión de redes sociales.
- Edición audiovisual: la generación de contenidos continua es necesaria y, para ello, hay que contar con personal interno preparado para desarrollarla.
- Documentación: tanto para la creación como la recuperación de contenidos y búsqueda de información.
Específicamente de recursos humanos: control del big data, competencias específicas en comunicación digital y manejo de software especializado, desde ATS que automatizan la publicación de ofertas hasta plataformas LMS para la formación de la plantilla.