Juan Antonio Carrasco, director de Carreras Profesionales ESIC Bussiness & Marketing School
La importancia de las decisiones de marketing en una organización son protagonistas en la gestión empresarial para poder competir con éxito y adaptarse a la demanda actual y futura del mercado. En este sentido, hablar del perfil profesional del futuro directivo de marketing es querer hablar de cómo será el marketing del futuro. Las personas que tenemos relación con esta disciplina empresarial coincidimos en que el marketing es todavía una disciplina muy joven y con mucho recorrido.
Los jóvenes que quieran desarrollarse profesionalmente en esta apasionante área, deben asumir con responsabilidad y eficacia su actividad. Para ello, es imprescindible que planifiquen su carrera profesional, que se adapten a los cambios y que la lleven a la práctica con valores éticos y de racionalidad.
La estrategia debe apoyarse en aquellos fundamentos que mantienen a la organización en el largo plazo, integrando la oferta de marketing en una estrategia empresarial. Para su consecución, es clave tener un mayor y más profundo conocimiento de los clientes, segmentándolos para personalizar la comunicación y la oferta de marketing, construyendo marcas fuertes y emocionalmente unidas a los clientes.
Todo ello debe hacerse sin descuidar la función social de la empresa, los valores que ésta sostiene y que forman parte de su identidad, que dotan de coherencia a la actividad empresarial generando valor en su contexto social.
Las características de las nuevas generaciones y de los nuevos consumidores están cambiando, especialmente cómo se relacionan y comunican. El futuro profesional del marketing tendrá que integrar disciplinas muy distintas y herramientas de análisis que faciliten la presentación de soluciones innovadoras con excelencia y rapidez, en un mercado donde el ciclo de vida de los productos se reduce de una forma constante.
En definitiva, el futuro profesional de marketing debe ser una persona con visión global que lidere la integración de la estrategia, las actividades y las relaciones de la empresa orientándolas hacia el cliente. Al mismo tiempo debe ser una persona sensible, flexible y creativa, capaz de adaptarse a los cambios y anticipar las necesidades de los consumidores con soluciones personalizadas e innovadoras, tanto en productos como en los procesos.
Las nuevas tecnologías posibilitan establecer un diálogo más rico con los clientes y las herramientas de análisis justifican el importante valor que el marketing genera a la empresa en términos económicos y financieros.