Una de las variables que más influye en la productividad de una empresa es su capacidad para mantener actualizados a sus trabajadores en materias relacionadas con el progreso empresarial. Con el fin de invertir en desarrollo de talento y mejorar las competencias técnicas y profesionales de sus empleados, las empresas optan, cada vez más, por diseñar planes de formación para sus trabajadores a través de la formación bonificada.

Formación bonificada: qué es

La Seguridad Social, a través de la Fundación Estatal para la formación en el empleo (FUNDAE), ofrece a las empresas bonificaciones para la ejecución de actividades formativas y de reciclaje profesional.

Puesto que estas ayudas tienen como objetivo cubrir necesidades específicas de aprendizaje, pueden ser llevadas a cabo tanto a través de la empresa como a través de un centro especializado mediante la petición individual de un trabajador interesado.

El crédito disponible para formación bonificada es anual y de carácter variable, ya que depende de las cotizaciones de los trabajadores en el año anterior. Es importante que la empresa esté pendiente de ejecutar el crédito que le corresponde, pues estas ayudas no son acumulables ni se pueden recuperar.

¿Qué trámites hay que realizar para conseguir formación bonificada?

Para beneficiarse de las ayudas a la formación, la empresa debe realizar una serie de trámites.

El primer paso es consultar el crédito que le corresponde a la empresa, para lo cual es necesario revisar los datos de los recibos de las nóminas. También existe la posibilidad de obtener financiación para los costes asociados a los permisos individuales de formación, es decir, para cubrir el coste del tiempo que un trabajador destina a prepararse.

En segundo lugar, es necesario disponer de un certificado digital para registrarse en el sistema informático. La aplicación telemática solicita una serie de datos acerca de la empresa y de los trabajadores, así como de las actividades formativas que prevé desarrollar.

Objetivos y destinatarios de la formación bonificada

La empresa debe informar al representante legal de los trabajadores sobre los objetivos de la formación, los destinatarios, el calendario previsto, el lugar donde se van a impartir los cursos y los criterios de selección de los participantes. Si los empleados no estuvieran de acuerdo con el plan formativo propuesto por la empresa, se inicia un procedimiento de mediación para establecer un acuerdo.

La formación bonificada debe ser gratuita y superior a dos horas. Además, la empresa debe asegurarse de comunicar el inicio del curso y de disponer de todas las fuentes de verificación necesarias para justificar que se ha ejecutado la actividad formativa. Para ello, la compañía debe de hacer uso de hojas de control de asistencia y certificados de participación. Asimismo, debe conservar facturas de todos los gastos que haya podido conllevar el desarrollo de las actividades de aprendizaje.

Financiación por parte de la empresa

Este tipo de formación exige un porcentaje de financiación por parte de la empresa que se calcula en función del número de trabajadores que la integran. Suele oscilar entre el 5% y el 40%. Las empresas de menos de 5 trabajadores están exentas de cofinanciar las acciones formativas.

Como toda formación supone una inversión en capital humano, de modo que ha de ser vista, en todos los casos, como una oportunidad de mejora que repercute de manera positiva en las empresasSi estás interesado en formar a tus trabajadores revisa las mejores opciones en nuestro portal de formación.