Las cosas suceden, de una manera u otra. Todo plan requiere de una estrategia elaborada, pensada y establecida. Hemos de ser conscientes de que lo que vamos a buscar no es cualquier cosa, ni tampoco va a conseguirse de cualquier manera. Las redes sociales son un instrumento que puede facilitarnos la tarea de encontrar más fácilmente muchas cosas. También pueden agilizar la toma de contacto y la creación de vínculos especialmente útiles entre personas que, hasta entonces, eran completas desconocidas.

Un plan pasa por tener claro los objetivos. Y éstos han de mirar mucho más allá de conseguir el puesto de trabajo porque sí. Veréis. A veces lo fácil es encontrar una cosa. De hecho, si os paráis a pensar, trabajos los hay a miles. Y hoy día casi en cualquier esquina, colgado de una farola, o escondido entre un mar de oportunidades, entre decenas de ofertas de empleo.

Lo fácil es encontrar la oferta. Es fácil preparar una carta de presentación que hable de nuestros motivos para optar al puesto. Que le diga a quien lea el e-mail que somos tan buenos para ese puesto que parece que quien redactó la oferta estaba pensando en ese momento en mí. Podemos explayarnos contando (sucintamente) lo bien que trabajamos y lo buenos que somos trabajando en equipo, o lo magníficos que resultamos orientando nuestros resultados a objetivos.

Seamos realistas. Verosímiles lo somos todos, siempre que lo que digamos tenga una apariencia de verdad en las cosas aunque en la realidad no la tengan. Lo bastante como para formar un juicio prudente. Eso al menos reza el diccionario de Autoridades. Y la mayoría de nosotros edulcoramos, inflamos, adornamos y complementamos lo que realmente hemos hecho, para tratar de calar con más fuerza en el talante de quien nos selecciona para un puesto.

Facebook, Twitter o Google+ son herramientas que pueden ayudarnos a expandir nuestras cualidades entre nuestros amigos y conocidos. LinkedIn y Xing facilitan el contacto con profesionales, de forma específica, nos abren puertas a los cazatalentos, y nos permiten tener acceso a información y a actualizaciones de las propias empresas de forma directa.

Podemos ser quien deseemos ser. Podemos contar lo que queramos contar. Lo complicado es y será demostrar realmente que quienes hemos dicho que somos, y quienes presumimos de ser, realmente somos nosotros. Y más difícil todavía, que somos capaces de hacer lo que nuestro currículo dice que podemos conseguir.

Hemos de tener claro que tenemos que defender nuestro derecho a trabajar. Pero también, hemos de ser sinceros y ser conscientes de que un trabajo, además de ser un derecho, es una responsabilidad. Es cierto que nos va a permitir tener un nivel de ingresos. Pero su coste es el de obligarnos a involucrarnos en las tareas que debemos de realizar, y para la que se nos ha seleccionado. Y me refiero a un tipo de puesto de trabajo cualificado, y que exige de un determinado nivel de compromiso y de entrega.

Nuestro plan ha de pasar por saber convencer a quien nos entreviste que realmente somos la persona indicada. Debemos de tener preparada nuestra intervención. Medida cada pregunta, y analizada cada respuesta. Más que ser complacientes, debemos de ser autocríticos. Más que buscar la caridad o la compasión, hemos de demostrar entereza, seguridad y conocimiento. Debemos de pasar por conocer el tema mejor que quien nos entreviste. Tendríamos que demostrar pasión y convicción en lo que digamos.

En una palabra, hemos de tratar de ser personas resolutivas que no coercitivas. Tenemos que ser positivas, que no entusiastas. Hemos de ser conscientes de que más allá de esa entrevista de trabajo habrá días de esfuerzo, jornadas de trabajo. De objetivos por cumplir. Que el día a día se convertirá en una rutina, más que en un emocionante comienzo. Y que de nosotros dependerá transformar esa rutina en un proyecto ilusionante, apasionante y trepidante. Otra aventura más de nuestra vida.

El plan debe de pasar por tener claros nuestros objetivos. No los presentes. Tampoco los futuros. Sino todos juntos, unidos y reunidos. Hemos de tratar de tomar conciencia de que las redes sociales son una herramienta útil y práctica. Pero sin un propósito a largo plazo, tanto las expectativas como las ilusiones a corto, pueden desvanecerse a medio plazo.

Y el objetivo es continuar siendo positivos, estar ilusionados, y con ganas por seguir haciendo cosas nuevas y diferentes cada día.

@AntonioVChanal
Coach y Formador en Redes Sociales