Hace tan solo unos años, los empleados construían su carrera alrededor de una o, como mucho, dos empresas. La estabilidad era una de las cosas más valoradas y era lo que mucha gente buscaba. Todo esto es diferente en la generación milenial, que trae consigo un nuevo tipo de empleado: el trabajador fluido. Te hablamos de este perfil a continuación.
¿Qué es el trabajador fluido?
Si bien el empleado tradicional se veía a sí mismo como un diamante en bruto que la empresa se encargaba de pulir, el trabajador fluido, por el contrario, se considera dueño de su carrera. Por eso, considera que la compañía en la que trabaja es la que le da el material necesario para crecer profesionalmente, pero se encarga, por sí mismo, de moldear su carrera a su antojo y de tomar la dirección que más le convenga.
De este modo, una vez que el trabajador fluido ve que ha sacado el máximo partido a su estancia en una empresa, da por terminado su compromiso con ella. Esto tiene como resultado un nuevo modelo de carreras fluidas que conlleva a que los empleados no estén más de dos años en el mismo sitio.
Como ves, este tipo de trabajador se caracteriza por sus ganas de mejorar y de aprender, por lo que para él no hay fronteras que le impidan seguir evolucionando, ya que su objetivo es el de guiar su propia carrera profesional. Por los motivos expuestos, estos empleados se basan más en sus propios valores que en los que marca la cultura de la empresa en la que trabajan.
¿Qué supone la presencia de un trabajador fluido para la empresa?
Algo que tienes que tener claro es que las empresas han jugado un papel importante en lo que se refiere a la proliferación de los trabajadores fluidos como consecuencia de que no han sido capaces de ofrecer estabilidad a sus asalariados. Teniendo en cuenta que gran parte de los empleados ya pertenecen a la generación millenial, las compañías cuentan cada vez más con empleados fluidos en sus plantillas.
No obstante, como miembro del departamento de Recursos Humanos, has tener en cuenta las ventajas que esto supone, ya que este tipo de perfiles suele ser el de personas que están siempre dispuestas a aprender y a evolucionar. Por eso, está en tu mano reducir en la medida de lo posible la rotación llevando a cabo una correcta gestión del talento.
Asimismo, los trabajadores fluidos cuentan con muy buenas aptitudes ya que, por lo general, reúnen un gran número de competencias genéricas, son enormemente interdisciplinares y están más que adaptados a la transformación digital, lo que puede ser muy positivo para la compañía porque puede contribuir a reducir las deficiencias en competencias tecnológica dentro de los equipos.
No obstante, sí has de tener en cuenta que estos empleados tienden a ser más individualistas y a trabajar peor en equipo, así que tendrás que redoblar tus esfuerzos para conseguir su lealtad y compromiso.
El trabajador fluido es, como has visto, un perfil cada vez más habitual que ha ido surgiendo como consecuencia del contexto económico y laboral de los últimos años. Aunque su rotación es mayor, estos empleados pueden aportar grandes cosas a tu empresa, así que de ti depende saber aprovechar todas las ventajas que pueden ofrecerte.