La crisis es una vez más la culpable de que el 16% de las compañías implantadas en nuestro país haya dejado de comprar coches nuevos con el objetivo de ahorrar costes. Aunque es en las empresas de mayor tamaño donde el ‘frenazo’ ha sido más acusado, una cuarta parte así lo confirma, según el Observador del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía perteneciente al grupo BNP Paribas.

El estudio, para el que se han entrevistado a casi 3.400 gestores de pymes y grandes empresas de doce países de Europa, revisa los distintos usos de los automóviles en una compañía: transporte, servicio, comercial (para actividades de venta) y de incentivo. En líneas generales, el uso que más se ha limitado en el último año es el del vehículo corporativo como parte de la política de retribución. En la actualidad sólo el 8% de las pymes lo utiliza como remuneración, frente al 20% de las grandes empresas, donde es más frecuente esta práctica. Un dato que, en grandes compañías, alcanzaba casi el 50% el año pasado.

En cuanto a las compañías que precisan de una flota como parte de su actividad diaria, el informe de Arval evidencia que el renting y el leasing se están reforzando como fórmula de financiación, hasta el punto de que sólo un 13% de los encuestados se plantea comprar antes que alquilar.

Por último, el CVO destaca la tendencia de incluir la política de automóviles en las iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa relacionadas con el ahorro, al seguridad vial o el cuidado del medio ambiente. Este giro supone comprar coches de menor gama o con motores menos potentes (así lo está haciendo un 10% de las empresas) para reducir costes u optar por vehículos verdes: el 65% de las compañías prevé renovar sus flotas antes de 2011 con diferentes modalidades de coches ‘ecológicos’. Los de consumo eficiente (Eco2, Econetic, Bluetec…) son los que despiertan mayor interés (para casi un 50%), mientras que sólo un 10% incorporará vehículos eléctricos.