Para evitar malentendidos, lo primero es convenir una definición básica: la “unidad esencial del vínculo” del empleado con la empresa desde el momento de la contratación es lo que se entiende por antigüedad laboral. Este cómputo es independiente al tipo de contrato, ya sea parcial o temporal. Y al margen del marco del Estatuto de los Trabajadores, va a depender del convenio colectivo aplicable a esa relación laboral. Además de los derechos que le corresponden por tiempo de servicio, contar con un empleado con mayor antigüedad tiene otras ventajas.

Derechos por antigüedad laboral

Hoy en día una situación frecuente va a ser que esa relación se vea interrumpida, ya sea por ERTE o por tiempos intermitentes en las necesidades del servicio y de la contratación. Es importante tener en cuenta que no se rompe la antigüedad en los siguientes supuestos:

  • La empresa cambia de nombre, de propietarios o accionistas.
  • Existe una subrogación de los trabajadores porque así lo indica el convenio colectivo o en caso de sucesión de empresas.
  • Cambia el centro de trabajo dentro de la misma empresa o grupo empresarial.
  • Se disfruta de una excedencia, independientemente del tipo que sea, o durante la baja por incapacidad temporal, maternidad o paternidad.

La antigüedad impacta principalmente sobre el cálculo del salario, del finiquito asociado a la jubilación y de la indemnización por despido. Ya sabes que como mínimo se contabilizan 20 días por año trabajado. La promoción económica queda recogida en el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores de 2015. Sin embargo, respecto a los complementos salariales como los trienios o cuatrienios, ya solo los van a disfrutar quienes tengan ese “derecho adquirido” o “condición más beneficiosa”, y no las nuevas incorporaciones.

Respecto al derecho a excedencia y a la formación relacionada con su área, también es necesario contar con un año como mínimo de relación laboral. En caso de ser necesario aplicar recortes de plantilla, lo habitual es que quienes lleven más tiempo trabajando para la empresa sean los últimos en ser despedidos, entre otras razones, por ser más costosa la liquidación.

Derechos adquiridos por antigüedad

Ventajas para fortalecer el equipo

Además de estos derechos ineludibles, contar con la experiencia adquirida del personal con mayor tiempo de servicio aporta otras ventajas a la empresa. Estas están en concordancia con las actuales exigencias sobre no discriminación en contratos temporales. Por ejemplo, vas a disponer del perfil adecuado para ese mentoring tan bien puntuado en las empresas sostenibles.

Empleados con más años de vinculación con la empresa y, por tanto, con mayor confianza y conocimiento, serán los mejores influencers hacia el exterior e integradores de las nuevas incorporaciones en los procesos internos. Son los agentes transmisores de la marca.

Quienes sepan adaptarse a las nuevas necesidades serán quienes acumulen más tiempo de antigüedad en la empresa. La estabilidad de la plantilla se fortalece desde la confianza y las buenas condiciones. Así que, del mismo modo que las compañías más longevas son las que han sabido modificar su valor y configuración, el perfil que se reinvente y desarrolle sus soft skill se va a beneficiar de los derechos de antigüedad y al mismo tiempo, va a contribuir a esa consolidación empresarial.