Reforzar el ambiente positivo entre los empleados a través de actividades y ejercicios específicos. Esta es la esencia del team building, cuya traducción literal proveniente del inglés significa “construcción de equipos”.

El crecimiento personal y profesional de la plantilla, la mejora de la comunicación y la relación entre los miembros del equipo son otras de las finalidades de esta actividad cada vez más demandada por las empresas.

¿Por qué hacer realmente team building?

Como todos sabéis y habréis experimentado en vuestras empresas, el nivel de bienestar de un trabajador se puede ver claramente reflejado en su motivación hacia el trabajo. Y si la motivación de un empleado crece, su productividad también lo hace.

Por tanto, las sesiones de team building no solo contribuyen a mejorar las relaciones y el ambiente laboral, sino que van más allá, produciendo una sensación de pertenencia en el equipo fundamental para la implicación de cada trabajador.  

¿Cómo empezar con el team building de tu equipo?

Antes de iniciar una sesión, es importante definir la finalidad que se persigue para, posteriormente, elegir la actividad que más se adapte a tu objetivo. Por ejemplo, si buscas únicamente establecer confianza para facilitar la comunicación interpersonal, optarás por actividades enfocadas a “romper el hielo”.

Si por el contrario, tu objetivo es reforzar la capacidad de afrontar un problema conjuntamente y resolverlo de manera eficiente, te decantarás por actividades donde puedas construir alguna cosa mediante un proceso cognitivo colaborativo.

Tipos de sesiones o actividades team building

La construcción de equipos carece de limitaciones. Se trata de establecer un tiempo, integrar a los participantes y llevar la sesión a cabo.

Estos son los tres tipos de teambuilding más comunes que te pueden servir para organizar las sesiones de tu equipo:

  • Juegos de iniciación: diseñados especialmente para integrar a nuevos miembros de un equipo. Por ejemplo, puedes organizar una dinámica para que cada participante escriba en una tarjeta el color, la película y su canción favorita, para así iniciar conversaciones y de esta forma conocerse mejor.
  • Juegos de cooperación: su objetivo es trabajar conjuntamente para resolver enigmas, problemas, preguntas, etc. Un claro ejemplo son los populares “escape room”, donde cada equipo se encierra en una habitación de la que deben escapar encontrando las diferentes pistas.
  • Actividades externas: enfocadas para realizar actividades deportivas o de naturaleza, rodeados de un ambiente más relajado y social. Aquí encontramos los clásicos deportes de aventura en grupo, como el rafting o actividades como el conocido paintball.

Qué deberías evitar al organizar una sesión

Aunque se desarrollen en un ambiente laboral, las sesiones de team building deben alejarse del concepto trabajo, por lo que divertirse resulta elemental para aprovechar estas sesiones.

Se trata de actividades colectivas para que cada trabajador se pueda sentir más cómodo entre sus compañeros, huyendo siempre del día a día del trabajo.

Es importante también evitar la connotación de obligación y responsabilidad. Al final, lo que se busca es atribuirle el concepto de ocio dentro de la vida laboral.

Establecer una mínima regularidad es importante ya que, organizando una sola sesión es muy probable que no consigas los resultados que te has propuesto. Al fin y al cabo, construir un gran equipo no es una cosa puntual, sino que requiere de un mantenimiento constante.

En definitiva, las sesiones de team building son una práctica muy aconsejable y de sencilla realización para cualquier grupo de trabajo. Las diferentes maneras de aplicarlo en cada empresa dependerán de lo que se quiere conseguir.

Las nuevas incorporaciones, días cercanos de festivos o motivos de celebración pueden ser buenos momentos para empezar. Y es que cuando los trabajadores se entienden y vienen a trabajar con ganas, la empresa funciona mejor.