La imagen que transmiten las empresas al exterior, su compromiso y el motivo de su éxito o fracaso depende de forma incontestable del tipo de dirección con el que cuentan. Los estilos de liderazgo determinan el futuro de cualquier compañía y los hay muy nocivos. Los enormes desafíos del mercado global actual demandan líderes empresariales modernos, preparados y audaces. Sin embargo, muchas veces el líder es el principal lastre de la organización.

Características de los estilos de liderazgo nocivos o tóxicos para la empresa

Al igual que requiere de buenos equipos de trabajo, la empresa también necesita gestores y mandos competentes en todos los niveles. Desde la dirección hasta el último de los responsables. Por desgracia, esto no siempre es así. En muchas empresas se ejerce un estilo de liderazgo tan errático y nocivo que termina por influir negativamente en el devenir de esta.

Podríamos utilizar algunas de las siguientes características para referirnos a un líder tóxico o nocivo:

  • Autoritario: Ejerce el poder de forma extremista y abusiva. No tiene en cuenta las necesidades y particularidades de sus empleados o colaboradores.
  • Caótico: Es desorganizado e imprevisible y sus formas son siempre cambiantes y, en muchas ocasiones, contradictorias entre sí.
  • Rígido: Es muy resistente a los cambios y a las innovaciones que pueda aportar cualquier miembro de la empresa o colaborador exterior.
  • Celoso: Desconfía de la capacidad y el compromiso de su equipo. Supervisa hasta el último detalle y no suele delegar casi nunca.
  • Inexperto: Muestra inexperiencia y desconocimiento del funcionamiento del sector. Esto le hace tomar decisiones erráticas y controvertidas, en muchas ocasiones.

Al final, estos liderazgos tan tóxicos terminan poniendo en peligro el crecimiento y el desarrollo de la empresa. Un estilo de dirección con características similares es un riesgo para la empresa y puede ser el causante de graves problemas.

Algunos de los problemas más habituales que pueden provocar son los siguientes:

  • Aumento considerable de la rotación y el absentismo laboral
  • Caída progresiva de los niveles de competitividad
  • Degradación del clima laboral y las condiciones de trabajo
  • Desprestigio de la imagen de marca

Algunos ejemplos cuestionables de liderazgo

Desde su desembarco en el gigante de las redes sociales hace unos pocos meses, el controvertido magnate Elon Musk ha decidido tomar las riendas de Twitter a golpe de despidos. Miles en todo el mundo.

No hay que olvidar, además, la repercusión de algunas controvertidas decisiones de Musk respecto a la eliminación de la moderación de los mensajes, o los nuevos servicios de suscripción para perfiles verificados. Todo esto ha generado una ola de renuncias de empleados a nivel mundial, así como una importante fuga de históricos patrocinios, como es el caso de L’Oreal, General Motors, Pfizer o Audi.

Despidos masivos, amenazas públicas, enormes fugas de capital, empeoramiento de las condiciones a usuarios…, como resultado de una forma de liderar que es considerada por muchos como autoritaria.

Pero no solo el estilo autoritario es cuestionable. Otro ejemplo es Mark Zuckerberg, que ha tomado decisiones muy controvertidas en los últimos tiempos. Tanto es así que el antiguo Facebook y actual Meta ha sufrido las mayores pérdidas en su historia este año.

Los expertos dicen que su falta de rumbo se debe en parte a haber dejado de lado los valores y propósito de la compañía. Se ha centrado en sus propios beneficios y ha dejado en segundo plano a los usuarios de la red.