¿Crees que podrías mejorar la motivación laboral de tus trabajadores aplicando principios de los mitos griegos? Podríamos pensar que la relación es mínima pero hoy vamos a demostrarte lo contrario para mejorar la productividad motivando a tus empleados.

El origen del efecto Pigmalión

Pigmalión era un escultor griego que se enamoró de Galatea, una de sus creaciones. Tanto amor sentía, que a pesar de ser un objeto inanimado, la trataba como si fuera su pareja, como si hubiera cobrado vida. El mito surge cuando Afrodita convierte a la estatua en una mujer real tras un sueño del artista. A partir de aquí se explica el efecto Pigmalión: logró que se cumplieran sus expectativas, haciendo que la escultura fuera realmente su pareja de carne y hueso.

¿Cómo aplicar el efecto Pigmalión al mundo laboral?

Aunque en tu oficina no haya escultores, también puede producirse el efecto Pigmalión. Los empleados pueden rendir en función de las expectativas que depositas sobre ellos.  Si un trabajador percibe que su jefe confía en su trabajo, es probable que muestre mayor motivación en sus funciones y aumente su rendimiento. Obviamente, se trata de un arma de doble filo: si el empleado es cuestionado constantemente por sus superiores o percibe una actitud distante o negativa, su motivación en el trabajo se verá negativamente afectada y podríamos hablar de una desmotivación laboral.

En el mundo laboral el efecto Pigmalión demuestra que la imagen que tienes de tus colaboradores y cómo les tratas es percibida por ellos, teniendo consecuencias en su motivación laboral y rendimiento.

Cómo debes aplicar el efecto Pigmalión para mejorar la motivación laboral

Es inevitable que mantengas más relación con unos compañeros que con otros. Pero la influencia que puedas ejercer sobre todos te obliga a prestar especial atención a este “reparto de fuerzas”.

  • El objetivo debe fijarse en transmitir buenas expectativas sobre todos los trabajadores y facilitar el desarrollo de su potencial.
  • Es necesario que ofrezcas las mismas oportunidades a todos tus empleados para que puedan superarse. Deberás delegar tareas desafiantes y comprobar su éxito.
  • Emplea siempre un lenguaje positivo. Si utilizas tus propios mensajes de frases optimistas y productivas,  mejorarás la motivación laboral de aquellos que te rodean. Un ejemplo muy claro: “Estoy seguro de que lo harás bien”, logrará mayores resultados que un “ya veremos a ver si consigues hacerlo…”.
  • Enfoca tus esfuerzos en crecer en aquellos campos donde tienes margen
  • Céntrate por igual en las fortalezas y en los márgenes de mejora. Muchas veces te encuentras con jefes que se anclan en tus defectos minando tu motivación laboral. Resulta más productivo reconocer el trabajo bien hecho y poner más atención en la posibilidad de mejorar ciertas competencias.

Si quieres mejorar la motivación laboral en tu empresa presta especial atención al efecto Pigmalión que generan tus mensajes. Mejorarás el ambiente y la productividad de tu empresa.