Ni la coyuntura económica ni la circunstancia política es la misma, pero son muchos los españoles que repiten la experiencia de sus abuelos y ‘hacen las Américas’. Y no sin expectativas. Pese a que la crisis financiera se ha cebado con nuestros hermanos latinos, cada vez son más las oportunidades que los países de LATAM —como se conoce a este mercado— brindan a nuestros profesionales. No en vano, en 2015, albergará 10 de las 60 ciudades más grandes del mundo  y, lo más importante, éstas hablarán el idioma de Cervantes.

Con una población de casi 600 millones de habitantes, Latinoamérica reúne muchos mercados laborales; unos prósperos, otros no tanto, con perspectivas diferentes según el perfil del candidato. El único punto en común: donde haya una multinacional española, habrá sitio para un español. Prueba de ello son los datos del ‘FT 500’, ‘Fortune Global 500’ o ‘Forbes Global 2000’, que señalan en sus primeros puestos  de las más poderosas de LATAM, a Santander, Telefónica, Repsol YPF y BBVA, entre otras gigantes como Petróleos de Venezuela (Venezuela), Pemex (México) o Petrobras (Brasil), y la creciente necesidad de empleados españoles en éstas, y otras muchas, registrada por las consultoras a ambos lados del Atlántico.

Ricardo Corominas, director ejecutivo de Michael Page, habla por Brasil, México y Chile, donde la mayor demanda la recoge de estas gigantes españolas, en particular, y del sector manufacturero (industria en general, automoción, maquinaria, alimentación), financiero y comercial, en general. «Se pide desde perfiles técnicos a directivos —concreta—, personas con experiencia en dirección de fábricas y capaces de abrir nuevas líneas de producción y delegaciones». Una tarea para la que, insiste Corominas, es obligatorio dominar las particularidades comerciales entre países, «ya que todo lo que tiene que ver con aduanas, transporte, garantías de cobros… es muy complejo».

Conocimientos y habilidades, porque si algo debe destacar en el candidato, junto a formación y experiencia, es su perfil blando, es decir, sus competencias. La flexibilidad es la mejor carta de presentación para cruzar el océano: «Compartimos el idioma, pero las culturas son muy diferentes. También hay que tener en cuenta que el que vive en determinados países tiene que asumir ciertos riesgos y demostrar que sabe que no es lo mismo trabajar en Madrid que en México DF», concluye Corominas, quien advierte que, pese a que el 65% de estos profesionales quiere volver a España a los tres o cinco años, pocos pueden hacerlo por los cambios constantes que afectan a las empresas de LATAM.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aumentará el trasvase de trabajadores campo-industria —la población rural apenas representará el 20% en cinco años— junto a la fuerza laboral que demandará el sector terciario. El turismo, sobre todo el gestionado por empresas europeas, pedirá especialistas de todas partes del mundo, reconoce Mariana Rodríguez, gerente de Humanet, consultora que acaba de desembarcar en España desde Venezuela y Panamá. «‘Call centers’ y técnicos en turismo acompañan a otros sectores como telecomunicaciones, tecnología y construcción —puntualiza Rodríguez—. Los puestos de trabajo con especial demanda son, sobre todo, para ingenieros y técnicos en telecomunicaciones, obra civil, construcción e industria». Colectivos a los que también se suman, en base a su experiencia previa, «desde jefes de obra, mecánicos, operadores de maquinaria para construcción y constructores navales, hasta cocineros y jefes de sala», confirman en Humanet, en clara referencia, una vez más, al sector servicios.

El informe  ‘El futuro del trabajo en América Latina’, de Manpower, prevé que ocho de cada diez empleos que se creen en los próximos años serán para trabajadores del conocimiento. Los especialistas en construcción, petróleo y finanzas dejarán paso a perfiles TIC en los países de LATAM. Desde Humanet, su gerente, Mariana Rodríguez, habla de especialistas en telecomunicaciones, informática y soporte técnico, y Ricardo Coromina, de Michael Page, amplía esta demanda al sector de la domótica, aunque, en su opinión, este ‘boom’ «aún no es claro en el tiempo».

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