Sin más rodeos. Ésta es la principal conclusión del Informe de Recolocación 2008, elaborado por la consultora Creade LHH. El pasado año, el número de usuarios de programas de ‘outplacement’ duplicó al del anterior y, aunque las condiciones de reinserción en el mercado laboral son peores que en 2007, el aumento de planes de este tipo hace pensar a los expertos que algo está empezando a cambiar en nuestro país.

Pero tiempo al tiempo. Por el momento, y pese a que el número de usuarios de planes de recolocación pasó de 2.429, en 2007, a 5.253, en 2008, sus resultados no están siendo los obtenidos otros ejercicios. Si bien el 99% de sus clientes encontraban empleo gracias a ellos en 2006, este porcentaje desciende a un 85%, a mediados de 2008, y a un 65% a finales de ese mismo año. La destrucción de empleo, la principal causa y, la ralentización del acceso al mercado y disminución del salario, sus consecuencias en el mejor de los casos.

Características de la nueva recolocación

En cuanto al tiempo de recolocación, las actuales circunstancias son las responsables de un incremento de casi dos meses en los programas individuales (para mandos y directivos) y, de mes y medio, en los grupales (empleados). Ambos ascensos han hecho que tanto unos como otros alcancen la friolera de casi seis meses de espera, tanto en unos como en otros planes. Por edad, las noticias son mejores ya que los que menos tardaron en 2008 en encontrar un empleo gracias al ‘outplacement’ fueron los colectivos más vulnerables del mercado: los menores de 35 -cuyo 77% se reincorporó a un nuevo puesto en menos de seis meses en el 77% de los casos- y los mayores de 50  -que también comenzaron a trabajar en ese tiempo en un 69%-. Llegados a este punto, ni qué decir tiene que las condiciones salariales de los nuevos puestos también han sufrido la recesión y han disminuido para el 56% de los mandos y directivos, y para el 67% de los empleados que han encontrado empleo gracias a estos programas de recolocación.

Por procedencia, el sector servicios es el que más ha invertido en recolocar a sus trabajadores a través de programas individuales, acaparando un 34% de los servicios de 2008, seguido por el de gran consumo (25%) y el químico farmacéutico (24%). Al otro lado encontramos a la industria (15%) y a la Administración Pública (con un 2%). En el caso de los planes grupales, el reparto es más homogéneo y pocos son los ámbitos que no han hecho uso de estos servicios (aunque destacan, de nuevo, el sector químico farmacéutico, con un 23%, y el de servicios, con un 21%).

El destino de estos avezados buscadores de empleo, depende de su origen y el nivel de exigencia del sector. El químico farmacéutico acogió en 2008 a más de la mitad de los que había expulsado en un primer momento, la mayoría directivos y mandos mientras que el de servicios fue más flexible y absorbió no sólo a egresados sino también a despedidos de otras actividades (como la Administración Pública, el gran consumo o la industria) en un claro ejemplo de que las ventajas del ‘outplacement’ no sólo benefician a la empresa de salida y al empleado, también a la compañía y el sector que lo acojan.