José Medina, presidente de Odgers Berndtson Iberia.
La dimisión del CEO de Yahoo!, Scott Thompson, tras la polémica generada por haber mentido en su currículum, nos invita a una reflexión sobre la autenticidad, credibilidad y la mentira en un candidato.
Hay tres paradigmas en selección. El primero, que la conducta en el pasado es un predictor de la conducta en el futuro; el segundo, que lo que parece ser, frecuentemente lo es: un indicio es una sospecha, y dos pueden ser una prueba; y el tercero, que la mentira descalifica al candidato.
Respecto al primero, generalmente los fracasos en la gestión de un directivo residen principalmente en patrones de conducta que pertenecen al núcleo interno de su personalidad. Respecto al segundo paradigma, para algunas personas basta con un indicio. En casos de sospecha, hay que ser conservador y no olvidar que, en un proceso de selección, el protagonista es la empresa y es preferible prevenir antes que curar. Es decir, buscar otras alternativas. En cuanto al tercer paradigma, quien miente en lo irrelevante puede mentir en lo importante.
En el caso del CEO de Yahoo!, en nuestra profesión no debería pasar nunca porque hay que hacer una verificación rigurosa de temas concretos como la educación.
En mi opinión, hay tres tipos de candidatos a los que hay que vigilar estrechamente. Los primeros serían los «disimulados»: describen su carrera, pero reservan cuidadosamente sus opiniones, esperando las nuestras, para compartirlas y obtener así nuestra aceptación. De ese modo esperan pasar la barrera de los requisitos, pero no superan la de la credibilidad y confianza.
Los segundos son los candidatos «estrella»: describen su carrera con un mensaje, música y estribillo que no cesan de cantar lo excelentes que son y por qué deberíamos seleccionarlos. Es frecuente que su historial presente algún «agujero negro» u omisión deliberada que les descalifica.
Un tercer tipo de candidatos –muy pocos, pero existen– ocultan, a veces, información relevante y hasta llegan a falsear parte del currículum. Sin entrar en detalles, también se detecta, salvo algún caso de auténtico «experto» que al final es descubierto.
Hay, por último, un cuarto tipo de candidatos –la mayoría– que describen su carrera, su vida y su visión del trabajo, del mundo y de las personas de forma natural y espontánea, sin exagerar y mucho menos mentir, sin esperar a palpar nuestras opiniones para dar las suyas y sin buscar ante todo nuestra aceptación. Su partitura es coherente con su letra y música. Son estas las personas con quienes vale la pena seguir explorando su candidatura.
Interesantes reflexiones y al respecto me han surgido dudas sobre cuál de los mejores candidatos ser. Todos sabemos que la sinceridad 100% es lo mejor y no darse demasiado autobombo, pero he hecho entrevistas adoptando esta actitud y para los que cumplía el perfil y no me han cogido.
Respecto al tema tengo una duda: si has estado preparando durante un año, es bueno o malo decirlo? Ven con buenos ojos las empresas haber estado haciendo eso? Los periodos sin trabajar de 8 meses o así, si preguntan y contestas que estuviste desempleado porque no encontraste nada, son bien vistos? EStá bien visto haber trabajado de camarero durante los veranos y ponerlo en el currículum? Saludos y gracias.
Señor José Medina aprovecho su artículo para, respetando su exposición y contenido, hacer el siguiente comentario.
Leo con interés los artículos publicados en las Newsletter que recibo on line de esta y de otras webs y en ellas aprecio en sus publicaciones, con asombrosa inquietud, la irrealidad de muchas exposiciones.
La realidad señor Medina es que en este país, España, la cualificación de la mayoría de los empresarios deja mucho que desear en su formación y la falta de formación conlleva conductas que tienden a marcar perfiles indeseados. En este país nuestro existe una cualificación profesional y universitaria muy cualificada en diversos sectores profesionales que se ven sometidos a presentarse o enviar sus currículum a empresas de selección de mano de obra o entrevistarse con empresarios que lo más redondo que han visto es un «campo de fútbol» y cuando se encuentran frente a candidatos que superan con creces la formación del entrevistador o del empresario e incluso su cualificación se ven superados y desbordados. Ante esa situación la realidad es que en este país quien dice la verdad «no sale en la foto» y aplicando nuestro refranero acordémonos de aquel que nos recuerda: «No digas todo lo que sabes, no hagas todo lo que puedes, no creas todo lo que oyes, no gastes todo lo que tienes., porque el que dice todo lo que sabe, el que hace todo lo que puede, el que cree todo lo que oye, el gasta todo lo que tiene muchas veces dice lo que no conviene, hace lo que no debe, juzga lo que no ve, gasta lo que no puede.».
Sugiero humildemente a los expertos que sus declaraciones sean y demuestren sus conocimientos propios adquiridos y como expertos, en sus declaraciones sepan exponer el contenido propio y no el del «cuadernillo» de apuntes universitario. El Pueblo cada vez es menos «tonto» aunque lo parezca y se cansa de oir «mensajes» faltos de realidad.