Sólo el 59,7% de los trabajadores contrataría a su jefe para un mando intermedio y hasta un 22% se arriesgaría a tener un nuevo jefe en lugar de continuar con el actual, según un estudio de la consultora Otto Walter. Son sólo algunos indicadores de que en España hay mucho camino por recorrer en lo que a gestión de equipos se refiere. Pero, ¿cómo tiene que ser un buen jefe y empleador? Paco Muro, presidente ejecutivo de OttoWalter, ofrece algunos consejos a las empresas: «Deben crear un sistema que cuide con mucho rigor las incorporaciones a los puestos de mando, para que se integren en este sistema de exigencia directiva desde el comienzo».
La motivación y el reconocimiento de los empleados han de guiar la gestión de la empresa, pues son ellos quienes, al final, dirigen el curso diario de la compañía. El trabajador ha de sentirse satisfecho y ver posibilidades de promoción. La comunicación es un elemento esencial en toda organización.
La compañía Unique ha publicado el informe «¿Cómo ser un mejor empleador?», donde ofrecen algunos consejos. Por ejemplo, si un empleado ha obtenido buenos resultados recibe una carta de enhorabuena -escrita a mano- de su director o responsable, o incluso un correo electrónico. Siempre que no sea un mensaje estándar con copia automática a una lista de compañeros de trabajo, este gesto supone un enorme estímulo con efectos motivadores duraderos. En estos casos no cuenta la cantidad, sino la calidad del reconocimiento. Y es que la comunicación se convierte en uno de los elementos de cohesión más importantes con los que cuenta toda organización, una comunicación que, para ser correcta, tiene que ser bidireccional y con una doble vertiente: interna y externa, llegando a todas las capas posibles de la empresa.
Las compañías lo tienen fácil, pues con todas las herramientas tecnológicas actuales, no hay excusas para no comunicar y no hacerlo bien: no sólo hay que dar malas noticias, las buenas nuevas también tienen que hacerse llegar a la plantilla, de manera que todos los miembros se sientan partícipes de la vida corporativa.
Todas las compensaciones al salario -teléfono móvil, guarderías, servicio de planchado de ropa, participación en los beneficios…- son un activo en aumento. Pero, en todo caso, complementos que adquieren valor cuando el salario base es el correcto. No pueden utilizarse como sustitutos a una parte del sueldo del empleado.