¿Por qué invertir en salud y seguridad en el trabajo?

“Lo esencial es invisible a los ojos”, que decía El Principito. Una máxima que en el éxito empresarial también es aplicable. La seguridad y la salud en el trabajo son conceptos que, muchas veces, se dan por hecho y realmente son básicos.

De hecho, en España se regulan por la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, que busca garantizar la seguridad en el trabajo y prevenir los riesgos. Obliga a todas las empresas, sean privadas o públicas, multinacionales o pymes, a realizar un Plan de prevención que debe integrarse en el sistema de gestión de la empresa. Los trabajadores tienen que conocerlo y hacer cumplir las reglas que estén relacionadas con su actividad diaria laboral. Además de informar a los empleados, este Plan se utiliza para aplicar medidas preventivas, formar en materia de seguridad y, especialmente, evaluar los resultados obtenidos.

Condiciones laborales: lo primero es la persona

Antes de contratar a un nuevo empleado, su salud no es un factor que se analice en profundidad. Toda la atención está fijada en su experiencia, sus competencias y otros aspectos más profesionales y menos personales.

Una vez dentro de la empresa, las actividades internas para motivar a los empleados se multiplican: se invierte en formación, se realizan actividades de teambuilding, se realizan encuestas para conocer el estado de la plantilla… Y ya no entramos a valorar temas capitales como el salario o el horario. Porque todos estos aspectos son importantes pero lo esencial, la salud y la seguridad, en ocasiones se nos escapa. Hemos analizado los beneficios directos de aplicar medidas para mejorar las condiciones higiénicas, la salud y la seguridad en el trabajo.

Ventajas de mejorar la seguridad en el trabajo

Una de los retos de la Asociación Internacional de la Seguridad Social es cuantificar la rentabilidad de apostar por la seguridad laboral. Su experiencia probó que por cada euro invertido en salud y seguridad laboral se obtenía el doble. Pero fuera de los números también encontramos ventajas objetivas.

El objetivo evidente de las medidas preventivas es reducir los índices de siniestralidad laboral y los casos de enfermedades profesionales. ¿Qué beneficios directos nos reportará conseguirlo? Evitaremos alteraciones en la producción, reduciremos las bajas por enfermedad y los costes administrativos y legales serán menores.

Ciertos accidentes laborales pueden implicar costes directos inasumibles o que frenen el crecimiento de nuestra empresa. Invertir en prevención es eliminar posibles pérdidas futuras.

Las consecuencias de no contar con medidas preventivas de seguridad pueden ser irreversibles. Según cuál sea el incidente, podemos llegar a perder clientes o contratos vitales para la empresa. Activos que podrían asegurarse actuando con antelación.

Los problemas de salud pueden llegar a duplicar el nivel de absentismo por enfermedad. Si prestamos atención las condiciones de higiénicas y de seguridad podemos, no sólo reducir las ausencias, sino mejorar la implicación y la motivación de nuestra plantilla.

Hay empresas donde la aportación de algunos empleados es única. Sufrir una baja laboral nos puede impedir realizar nuestra actividad laboral a pleno rendimiento.

En conclusión, si aseguramos unas condiciones de salud y seguridad laboral óptimas reduciremos riesgos, ampliando por tanto nuestra productividad. El rendimiento será mayor, los imprevistos descenderán y los resultados en los beneficios serán directos.

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