La figura del influencer ha supuesto una revolución en la técnica de ventas. Son prescriptores que se ganan con sus prescripciones a los posibles clientes de las marcas y los animan a comprar. Pero ¿qué pasa si el influencer es uno de los empleados de la marca? Este es el nuevo híbrido que ya se ha definido, nos referimos a lo que ya se denomina employee influencer o influyee. Entérate de cómo este perfil puede mejorar tu marca.

En realidad, esta figura existe dentro de las empresas desde hace mucho tiempo. La gente está más dispuesta a creer lo que dice un empleado de la empresa que lo que dice la propia empresa sobre las bondades de sus servicios o productos. Especialmente si se trata de personal técnico. Si conocemos a alguien que trabaja en una fábrica donde se procesa carne animal y nos comenta las buenas medidas de higiene que se emplean, es muy posible que elijamos esta marca por encima de otra porque nos resulte más fiable. Este concepto está íntimamente relacionado también con el engagement. Empleados que están contentos con su situación y relación con la empresa están más dispuestos a hablar bien de ella.

Pero la figura del influyee va un poco más allá. Como en el caso del influencer clásico, no se trata de que la voz oficial de la empresa salga hablando de sus magnífica oferta, sino de que alguien lo cuente por ellos de manera desinteresada. El influyee va a promocionar una actitud positiva entre la plantilla que favorezca una transmisión positiva de la empresa y sus productos o servicios. Para ello empleará las herramientas del marketing.

Veamos dos vías para potenciar esta actitud entre la plantilla.

Aportar canales de comunicación interna

En numerosas ocasiones, el propio personal de la empresa desconoce muchos puntos importantes de esta. Una newsletter o incluso una revista impresa si la compañía es suficientemente grande puede resultar un canal de comunicación perfecto. Como contenido, se puede informar sobre las novedades que se van produciendo, los avances que se han ido integrando o cuáles son los fundamentos de la compañía, su responsabilidad social corporativa, su compromiso con el medio ambiente… Un montón de contenido que los empleados, si saben, pueden transmitir de forma positiva al exterior.

También resulta interesante publicar contenido más técnico que explique, de una manera divulgativa, determinados aspectos sobre la fabricación o metodologías que se están llevando a cabo dentro de la compañía. De esta manera, cada empleado puede servir como vehículo de transmisión del “cómo se hace” de la empresa. Recordemos que una opinión técnica está mucho más valorada a la hora de decidir efectuar una compra.

Cómo un influyee mejora tus ventas

 

Compartir contenido en redes sociales

Una newsletter u otro tipo de publicación periódica no supone un canal bidireccional; sin embargo las redes sociales sí y son el complemento ideal. Buscando una actividad proactiva de la plantilla, conviene crear una estrategia en redes sociales que la integre. Por ejemplo, se pueden generar contenidos especialmente orientados a trabajadores de la compañía o publicar otros creados fuera de ella que resuelvan dudas o que atiendan a necesidades muy relacionadas con su día a día. Si aportan recursos útiles, se favorecerá el seguimiento y los empleados lo catalogarán como una red de la que merece la pena estar pendiente.

También se puede animar a compartir contenido en sus propias redes. Eso sí, teniendo en cuenta siempre que se trata de una cierta intromisión en la privacidad de la persona empleada. No son actitudes que haya que forzar ni mediante un chantaje directo ni mediante uno más discreto. Esto podría tener justo el efecto contrario al que se pretende y generar precisamente una mala reputación. Lo interesante es ofrecer contenidos que la plantilla quiera compartir o acciones en las que esté dispuesta a participar por voluntad propia.