¿Existe verdadera igualdad de oportunidades en tu empresa? Puede que  los siguientes datos te hagan reflexionar sobre esta premisa. El Informe S=HE: ¿Igualdad de oportunidades? Desarrollo profesional de hombres y mujeres en España,  elaborado de forma conjunta por Infoempleo e IESE Business School, y patrocinado por Gas Natural Fenosa, muestra la situación actual española en referencia a esta cuestión.

Las conclusiones de este documento se han extraído a través de más de dos mil encuestas, una muestra suficientemente representativa como para hablar de un panorama global. Para explicar los resultados, hemos de aclarar que el estudio ha consistido en calificar los entornos laboral, personal y familiar como satisfactorios, hostiles o excluyentes, de mayor a menor grado de igualdad de oportunidades respectivamente.

Un entorno laboral excluyente

Centrándonos en el ámbito empresarial, los resultados de este estudio son alarmantes: frente al 4% de encuestados que afirma estar en un entorno laboral satisfactorio y el 9% que lo considera hostil, hay un dominante 87% que lo califica de excluyente. Un asunto que toda empresa debería considerar.

En la presentación del Informe, celebrada el 11 de diciembre, se convocó una mesa redonda moderada por Maite Sáezdirectora del Observatorio de Recursos Humanos para debatir sobre esta cuestión. En él participaron Mireia de las Heras, directora del Centro Internacional Trabajo y Familia de la escuela de negocios IESE, Pilar Feliz, subdirectora de Diseño Organizativo de Gas Natural FenosaVal Díez, presidenta de la Comisión de Igualdad de la CEOE y Emilia Zaballos, vocal de la Junta Directiva de la Asociación Madrileña de Mujeres Directivas y Empresarias. Alguna de las soluciones que se propusieron en el diálogo hacían referencia a la transformación de las políticas de la empresa pero, ¿sobre qué aspectos merece la pena hacer mayor hincapié?

Políticas y prácticas en las empresas

Existen determinadas políticas y prácticas en las empresas que son más influyentes a la hora de construir un entorno laboral que facilite la igualdad de posibilidades. Veamos qué tipo de medidas ayudarían a crear entornos laborales equitativos para ambos sexos.

¿Realmente existe la igualdad de oportunidades?

Cuál es el panorama actual

Las percepciones de los trabajadores encuestados están muy lejos de conseguir unas políticas como las que hemos idealizado en la infografía. De hecho, el 45% de los hombres y el 43% de las mujeres opinan que los procesos de selección todavía no están del todo estructurados, lo que tiene como consecuencia mayores desigualdades y subjetivismos. Por otro lado, en cuanto a los procesos de formación, los resultados del Informe muestran que el porcentaje de trabajadores que consideran justo y equitativo el acceso a la formación de la empresa dista considerablemente de resultados plenamente satisfactorios.

En cuanto a los procesos de ascenso o promoción, tan solo un 25% de las mujeres y un 29% de los hombres encuestados consideran que en su empresa se cumplen unos criterios justos y transparentes. En cuanto a la evaluación, en la que se trata de investigar cuáles son los puntos fuertes y los débiles de los trabajadores para permitirles progresar, solo un 33% de hombres y un 28% de mujeres creen que estos procesos no están ligados a subjetivismos.

Los resultados siguen consolidando esta imagen injusta y esta falta de igualdad de posibilidades en las siguientes políticas. En cuanto a las diferencias salariales con motivo del sexo de los trabajadores, los porcentajes vuelven a ser preocupantes: el 38% de hombres y el 46% de mujeres encuestadas perciben en su empresa diferencias económicas por razón de sexo. Las políticas de conciliación siguen sin estar plenamente implantadas en las empresas.

¿Cuáles son las consecuencias?

Las conclusiones que se han extraído de la investigación, sin duda, están lejos de crear un entorno laboral equilibrado para ambos sexos, ¿dónde se encuentra la solución? La posibilidad de lograr un cambio transformacional reside en el seno de las empresas, que han de invertir en la mejora de sus políticas para garantizar un entorno laboral basado en la igualdad salarial, formativa, conciliadora… fundamentado en un equilibrio que permita ocupar cargos directivos a hombres y mujeres por igual, donde los criterios de selección sean justos y la rivalidad de sexos se convierta en la complementación que realmente debería ser.

El compromiso moral y ético por parte de las empresas no es la única razón para impulsar esta evolución, sino que también podemos hacer referencia a ventajas palpables y útiles a nivel empresarial.  De hecho, igualar las condiciones laborales de las mujeres a las de los hombres se traduciría en una subida del PIB mundial en un 26% para el año 2025, según una información publicada por el Instituto McKinsey y respaldada por la ONU, el FMI o la OCDE entre otros.

El rendimiento de los trabajadores dentro de una empresa, así como su compromiso con la misma, guarda una extensa relación con la satisfacción del entorno en el que se encuentran. Fortalecer estos cimientos, es decir, a los empleados, es, por tanto, el reto principal para alcanzar esta igualdad de posibilidades.