Seis de cada diez personas no confía en su jefe. Datos que revelaron una encuesta nacional realizada por la consultora Otto Walter. Lo interesante del tema es que a la mayor parte de las personas les gusta lo que hacen, o al menos lo aparentan bien; lo complicado, la mayor parte de las veces, no es realizar el trabajo diario, pues, en la mayor parte de los puestos laborales se encuentran personas que tienen ya cierta práctica o experiencia o bien cuentan con los conocimientos adecuados para realizarlos (de eso se encarga el reclutador o el departamento de Recursos Humanos: de elegir a la persona adecuada para el puesto vacante) . Lo realmente complicado de llevar es el ambiente de trabajo.
¿Cuáles son los motivos del mal ambiente en el trabajo?
Un 60% de los asalariados trabajadores están incómodos con el “mal ambiente” con el que conviven, según el estudio de la Universidad de Alcalá de Henares. El “mal ambiente” está compuesto de varios factores:
1.- Conflictos con los compañeros
2.- Síndrome “burn out” (estar quemado)
3.- No sentirse valorado
4.- No estar bien remunerado
5.- Otros…
Y de los “otros” motivos es recurrente el “ordeno y mando” de los jefes, el poco (o ningún) tacto para gestionar conflictos o señalar errores e incluso es llamado “efecto avestruz” que es cuando el susodicho “vive” literalmente dentro de su oficina; donde apenas asoma la nariz para ir al lavabo o a por un café. Sí, estamos en el siglo XXI y estas situaciones siguen siendo tan reales como lo eran cuando comenzó la era de Industrial. Increíble, pero cierto.
Pero gracias al cielo, existen personas que se dan cuenta de este craso error de “comunicar-sin comunicar” y son aquellos valientes que deciden dar un paso al frente y salir, no a lidiar, sino a convivir de manera efectiva; y esto es atreviéndose a ser cada vez más humanos, mas SER humano que HACEDOR humano, diría yo.
¿Qué es la empatía?
En esta época de cambios tan drásticos y rápidos, más que nunca estamos ocupándonos de desarrollar habilidades como la empatía. Palabrita que suena por todos lados pero que muy pocos saben realmente qué es lo que significa, para qué sirve y ya mucho menos cuál es le beneficio de hacerla parte del carácter dentro del mundo laboral.
La palabra empatía que deriva con sufijo de cualidad -eia- del adjetivo “empathés” que significa: afectado y emocionado. Esta palabra se forma para indicar la participación de un individuo en: sentimientos, ideas, conductas, ideas, etc de otro y distinguirse de la palabra “simpatía” que tiene una connotación más de “idea en común”. Y una de las razones por las que es importante no sólo conocerla, sino desarrollarla y practicarla es porque esta época requiere pasar de gestionar a liderar, eso, cuando se esté dispuesto a desarrollar talento, porque en esta época ya no es suficiente con poseer conocimientos técnicos, se necesita ser un transmisor de misión, visión y valores; transmitir positividad y colaborar a dar sentido al trabajo que se desarrolla, porque claramente las empresas están formadas por personas, de personas y para personas.
Para enfrentarse a situaciones adversas o dirigirse al crecimiento profesional y empresarial, es menester trabajar las fortalezas que engloban la proactividad, quizás no seremos los mejores jefes, pero trabajaremos con el fin de ir llenando nuestra “caja de herramientas” que nos ayudarán en momentos determinados para lograr influir de manera positiva en nuestras vidas profesionales, y esto desembocará en victorias personales porque cada vez lograremos ser capaces de regular emociones, comprenderlas y transformar los estados de ánimo; propios y ajenos.
¿El beneficio?
Marisa Salanova (Benetusser, Valencia, 1965) una de las principales expertas en España en crear ambientes de trabajo para potenciar la felicidad. Catedrática de la Universidad Jaume I de Castellón y presidenta de la Sociedad Española de Psicología Positiva (SEPP): “Cuando un empleado se encuentra bien, su nivel de desempeño es mejor”