Más de 1.200 personas tuvieron la oportunidad de asistir la semana pasada a uno de los principales eventos del mundo de la empresa en España: ExpoManagement. Tras este nombre, y en esta ocasión los de Felipe González y José María Aznar—que extrapolaron a la organización su experiencia en la administración de un país—, se dieron cita los principales representantes de las últimas tendencias en dirección que hoy, más que nunca, guardan relación con todos los campos del saber y la experiencia, más allá de las paredes de la compañía.

Con esta percepción humanista de la gestión, el Palacio Municipal de Congresos de Madrid asistió a las clases magistrales de expertos en liderazgo y estrategia, pero también de políticos, académicos y médicos que utilizaron sus conocimientos para abordar —y sacar el máximo provecho— a este cambio mundial.

Pocos momentos de crisis de nuestra historia reciente pueden ser comparables al que vivió Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, aquel 11 de septiembre de 2001 y cuya gestión de emergencia es hoy un ejemplo a seguir. Giuliani, uno de los principales invitados a este foro de HSM Global, destacó que la principal postura que el ser humano debe tomar ante cualquier catástrofe es la calma: «No dejes que la intensidad del dolor abrume tus decisiones». Y lejos de que los suyos lo hicieran, el republicano recordó que, como buen abogado defendiendo un caso [fue fiscal del distrito durante seis años], hizo lo que todo gestor de equipos debiera hacer antes de actuar, conocer el estado de la situación. «Reuní a los jefes de todos los departamentos en las oficinas de Merril Lynch, cerca de la zona cero —detalló—. Lo que para muchos fue una imprudencia, para mí era necesario». Giuliani reconoció que si bien nunca existió un plan para hacer frente a una crisis igual, como ha ocurrido en muchas empresas del mundo, sí que disponía de aquellas partes de otros que sí habían funcionado y, sobre todo, «a la gente que las habían hecho posibles».

Con calma, un plan y personas, Giuliani insistió durante su ponencia en la importancia de motivar al equipo. «Utilizamos un hangar de grandes dimensiones donde nos veíamos mañana, tarde y noche, y no importaba el puesto o la ideología [reunió gobierno local y estatal, entonces enfrentados]», explicó mientras destacaba la importancia de aquellos debates: «Toda decisión se deriva de un juicio, y como tal, antes de dar tu veredicto tienes que oír a las partes enfrentadas».

De aquello sacó grandes amigos y una enseñanza que compartió la práctica mayoría de los ponentes de ExpoManagement, que toda persona es importante y hay que hacérselo saber: «Aprendí de todos, y cuando algunos de ellos faltaron, me quedé con esa sensación de cuando desaparecen los padres, de cuando ves que por fin has crecido pero te has quedado solo». «No puedes esperar a que alguien se marche para decirle lo importante que es en el funcionamiento de una empresa», concluyó.