La evaluación comparativa es una técnica para la medición del desempeño laboral, que consiste en contrastar las métricas de desempeño fundamentales para responder preguntas críticas. Como toda metodología, presenta sus ventajas y desventajas. Por un lado, ofrece datos cuantitativos de los procesos e identifica oportunidades de mejora. Sin embargo, puede resultar una visión microscópica, que necesita complementarse con el liderazgo panorámico y la creatividad para optimizar el desempeño.
¿Qué ventajas tiene esta técnica?
Alza la mirada y observa a tu alrededor. Centrarse en las analíticas internas magnifica las dificultades y obstaculiza el encuentro con las soluciones. Esta clave vital es aplicable al mundo empresarial con la evaluación comparativa. Las mediciones no tienen mucho valor por sí mismas, por lo que los datos deben compararse con algún tipo de estándar, un parámetro de referencia. Al ampliar el foco de análisis y poner en marcha la evaluación comparativa con el desempeño de otras compañías del sector, la primera ventaja es que identificas los nichos del mercado y las oportunidades de mejora.
Al relativizar la información, no solo sitúas tu producto o servicio en el mercado, con los preciados datos cuantitativos, sino que despiertas la creatividad para optimizar el desempeño y mejorar la adaptabilidad al cambio de la compañía. Así, rastreas el progreso hacia las metas y objetivos empresariales. Las áreas sobre las que frecuentemente se realiza la evaluación comparativa son:
- El coste por unidad.
- El tiempo para producir cada unidad.
- La calidad de cada unidad.
- La satisfacción del cliente.
Por tanto, al identificar las mejores prácticas, aumentas la eficacia y el rendimiento, reduces costes y conviertes a la empresa en más rentable. Implica un aprendizaje continuo en todos los niveles de la organización, lo cual es otra ventaja de cara a la sostenibilidad y adaptabilidad de la empresa. Y además sin impacto negativo en las finanzas de la compañía, pues la evaluación comparativa es fácil y rentable.
Desventajas de la evaluación comparativa
Para evitar recoger datos incorrectos, es importante combinar las distintas opciones y no confundir la información derivada de los cuatro tipos de evaluación comparativa:
- Interna: analiza equipos o departamentos propios de la organización.
- Competitiva: es una comparación de productos, servicios, procesos y métodos con tus competidores directos.
- Funcional: compara con una organización fuera de su sector inmediato pero con prácticas o funciones similares o idénticas.
- Estratégica: comparación a nivel estructural saliendo del sector o de los procesos internos.
La principal desventaja de la evaluación comparativa es que no enfoca al punto exacto donde fallan los procesos, es decir, realmente no mide la efectividad. Examina eficiencias específicas analizando estándares pero sin justificarlos. Es necesario un liderazgo y una visión amplia que optimice la información, transformándola en el cambio que la empresa necesita.
Por último, debes vigilar la comodidad y parálisis en las que se puede situar la compañía si los resultados de la evaluación comparativa la colocan en la mejor posición. No debes olvidar que esta es una situación temporal y que la innovación constante es la clave para el éxito.