Difícil. Mucho más difícil de lo normal. Así lo tienen las personas con discapacidades para encontrar empleo. En Europa son más de 38 millones, mientras que en España, según la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia (EDAD), en 2008 3.850.000 personas eran consideradas discapacitadas. Enrique García Portal, director de Infoempleo.com, considera que «a pesar de la crisis, es encomiable el esfuerzo de creación de empleo del último año para personas que sufren discapacidad: más de 60.000 puestos de trabajo». No obstante, García Portal cree que «es una responsabilidad compartida impulsar iniciativas para la plena integración de estos colectivos». Para entender los retos a los que se enfrentan las empresas con respecto a la discapacidad, Randstad e  Infoempleo.com han celebrado un desayuno de trabajo con responsables de RRHH, empresarios y directores de Diversidad de empresas punteras  en España. Y es que es precisamente este área el que toma el mando en la materia, intentando allanar un camino pedregoso y plagado de barreras.

«En los últimos años, las personas con capacidades diferentes han vivido un avance importantísimo», comienza María Viver, directora de la Fundación Randstad. «Al principio, la LISMI –Ley de Integración Social de los Minusválidos– era una gran desconocida, pero ahora ya no lo es». Es  precisamente esta ley la que obliga a las empresas con más de 50 empleados a reservar un 2% de sus puestos a personas con algún tipo de discapacidad –antes, minusvalía–.

José Luis Goytrem, presidente de la Asociación de Expertos en Centros de Contacto con Clientes (EECCC), predica con el ejemplo. Ha creado Discatel, un proyecto de teletrabajo que lleva el empleo a casa de los discapacitados que no pueden desplazarse. «Gracias a las nuevas tecnologías pueden tener un puesto en un ‘call center’ en cualquier punto». «Nosotros trabajamos potenciando su marca personal», explica César Martínez, experto en redes sociales y director de RRHH de GSS. «Les decimos ‘¿Qué beneficios ofreces a la empresa?’. Vamos a trabajar tu visibilidad porque, al final, todo está en tus manos».

Desde Fundosa y la Fundación ONCE conocen bien los retos de este colectivo. Su director de RRHH, Juan Carlos Rodríguez, habla de «desconocimiento y temor» por parte de la empresa, en un primer momento. «Lo que la administración no ha asumido lo hemos hecho desde el sector privado. La RSC se ha convertido en un importante elemento diferenciador».

Dejar que se conozca al colectivo «con naturalidad» es parte de «un interesante camino» en el que aún queda mucho que recorrer. Fernando Relinque, director de RRHH de Cap Gemini, plantea un original punto de vista. «Yo no reconozco la discapacidad sino como una circunstancia personal más». Relinque aboga por el «empleo sostenible», muy lejos de puestos ficticios como «el chico de las fotocopias». La diversidad forma parte del ADN de una multinacional como L’Oreal: 1.000 millones de consumidores les dictan sus normas. «Tenemos una plantilla con diversidad de género, con 29 nacionalidades y estamos trabajando en la diversidad de edad. No cumplimos con el 2% que marca la ley en discapacidad: tenemos un 7%», explica Didier Guillot, director de RRHH de L’Oreal España. Más de 20 años de trabajo están detrás de este dato.

María José López, directora de Planificación, Control y Gestión Administrativa de Repsol, explica su postura: «no sentimos presión porque cumplimos la ley por empleo directo. Lo hacemos por convencimiento: tenemos 360 empleados directos con algún tipo de discapacidad y podemos afirmar que lo que mejor funciona es buscar a la persona adecuada para cada puesto, centrándonos más en sus capacidades que en sus limitaciones. Sin sobreproteger».