En el número 22 de los Cuadernos de Energía que publican de forma periódica el Club Español de la Energía, Deloitte y Garrigues, aparece un informe de la Agencia Internacional de la Energía en el que se tratan de dar las pautas para lograr este ambicioso proyecto. Este informe titulado “Perspectivas sobre tecnología energética: escenarios y estrategias hasta el año 2050”, responde a una petición expresa del G8. Los puntos más destacados:

– Está previsto que el crecimiento de la economía mundial se multiplique por cuatro de aquí al año 2050, y podría llegar a multiplicarse por diez en países en desarrollo como China y la India. Estas previsiones prometen ventajas económicas e ingentes mejoras en el nivel de vida, pero también implican un consumo mucho mayor de energía.

– Se prevé un aumento del 70% en la demanda de petróleo para el año 2050 y del 130% en las emisiones de CO2. Un aumento de tal magnitud en las emisiones de CO2 podría provocar un aumento de las temperaturas medias mundiales de 6ºC.

– Es necesaria una revolución mundial en las formas de suministro y consumo de energía. Fuentes renovables, energía nuclear y sistemas de captura y almacenamiento de CO2 (CCS) deberán desplegarse masivamente y desarrollarse transportes que no emitan carbono.

– Se presentan dos posibles escenarios diferentes. Los Escenarios ACT que plantea reducir las emisiones de CO2 a los niveles actuales en el año 2050. Y los Escenarios BLUE, que tienen como meta una reducción del 50% en las emisiones de CO2.

– En el primero de los escenarios, se calcula que serían necesarias inversiones por valor de 17 billones de dólares, desde ahora hasta el 2050. En el caso de los Escenarios BLUE, los costes no sólo son considerablemente muy superiores, sino mucho más inciertos, puesto que exigen el despliegue de tecnologías que todavía se encuentran en fase de desarrollo, cuyo progreso y éxito último es difícil de predecir.

– Las mejoras de eficiencia energética en los edificios, los electrodomésticos, el transporte, al industria y la generación de electricidad representan los ahorros de mayor nivel y menos costosos.

– Una combinación de medidas para la cubierta de edificios, bombas de calor e iluminación y electrodomésticos enormemente eficientes reduce las necesidades de energía en los edificios, además de cambiar el uso de combustibles fósiles por energías renovables y electricidad con bajas emisiones de carbono.

– En el escenario ACT se ahorra considerablemente energía y emisiones en el sector del transporte a través de mejoras importantes en la eficiencia de vehículos convencionales y una mayor penetración de los híbridos.

– Reducir considerablemente las emisiones de CO2 en la industria es difícil. Sin embargo, existen importantes posibilidades de aumentar la eficiencia, sobre todo en industrias menos consumidoras, principalmente a través de sistemas de motores más eficientes y la combinación del calor y la electricidad.

– El gasto del sector público y privado en I+D+D en el sector energético ha descendido respecto a los niveles registrados en la década de los setenta y los ochenta, habiéndose estabilizado en un nivel relativamente bajo. Aunque resulta difícil establecer los detalles, estudios independientes han sugerido la necesidad de multiplicar por entre dos y diez el nivel actual de I+D+D del sector público.