Oficina de Empleo en EE.UU. / Reuters

El paro en Estados Unidos alcanzó el 9,5%, el peor índice de sus últimos 26 años. Tras él, ya no sólo la crisis financiera y del sector del automóvil, también una pérdida absoluta de confianza que, pese a las medidas tomadas por la Administración Obama, sigue sin recuperarse —de hecho el índice de confianza del consumidor acaba de alcanzar el 54,8%— y tardará bastante en hacerlo —el último Libro Beige elaborado por la Reserva Federal así lo asegura—. Desde el departamento de RR.HH. de Iberdrola en Portland, una de las mayores beneficiadas por estas medidas y que en la actualidad da empleo a 6.000 personas en EE.UU., insisten en que «el miedo se ha extendido a todos los sectores, porque los despidos han ido de uno a otro como una reacción en cadena, y a veces da la sensación de que las cifras de parados son mayores de las que se dicen». ¿La solución? Seguir adelante con las medidas tomadas por su Gobierno  —»que, aunque no lo parezca, ya vemos que sí están ayudando a la recuperación»— y con la innovación que, para dar sus frutos tiene que luchar con el deseo ‘quick dollar’ y el miedo al ‘too good to be true’, «muy propio de la cultura americana».