El concepto de desprofesionalización está cobrando cada vez más protagonismo en multitud de sectores. Esto ocurre como consecuencia de los distintos cambios que se han ido dando en una sociedad en la que cada vez más personas acceden a la formación y al conocimiento. A continuación, te explicamos en qué consiste este término y cómo afecta al ámbito laboral.

¿Qué es la desprofesionalización?

El término desprofesionalización fue acuñado por la sociología y hace referencia a la pérdida de estatus que sufren los miembros de una profesión. Esto se produce como consecuencia de la democratización del acceso a la información, que hace más accesible a muchas personas el conocimiento propio de determinados ámbitos.

De este modo, el conocimiento profesional pierde importancia a medida que el nivel educativo de la población aumenta, lo que hace que más gente pueda desarrollar por sí misma diferentes tareas. En este sentido, el académico Andy Hargreaves, lo explica indicando que estamos en una sociedad de aprendizaje donde todo el mundo enseña y aprende y en la que nadie es experto.

Esto implica que los miembros de una profesión pierden el control autónomo sobre los asuntos relacionados con su oficio, lo que conlleva a una desaparición de los monopolios de determinadas áreas laborales. ¿Por qué? Porque el conocimiento está al alcance del público general

Conoce la desprofesionalización y su impacto

¿A qué profesiones afecta?

La desprofesionalización está presente en múltiples sectores, si bien afecta menos a ámbitos que requieren de conocimientos muy específicos y menos genéricos como los relacionados con las ingenierías, las matemáticas o la ciencia. De este modo, está más presente en trabajos del área de las humanidades y de las ciencias sociales como, por ejemplo, el periodismo, la docencia, el turismo, o el trabajo social.  

La desprofesionalización en la empresa

Como miembro del departamento de RRHH, la desprofesionalización supone un reto para ti debido al debate que plantea en la empresa: ¿es mejor incluir perfiles que se han formado por las vías convencionales (estudios universitarios, por ejemplo) o por el contrario hay que abrir las puertas a candidatos que han aprendido por su cuenta? 

En este sentido, existe un gran rechazo hacia el denominado “intrusismo laboral”, sobre todo si tenemos en cuenta que en España la titulitis está muy extendida. Pero, ¿qué has de hacer con estas circunstancias ante un proceso de selección? Evidentemente, has de conceder importancia a la formación, ya que proporciona una base muy especializada de conocimiento que puede marcar la diferencia entre un buen trabajador y uno malo. No obstante, una persona autodidacta y con entusiasmo también tiene mucho que aportar. En este caso, si aparece alguien con buenas aptitudes, siempre puedes ofrecerle un convenio de prácticas o bien poner a su alcance diferentes opciones de formación bonificada que le permitan adquirir los conocimientos y los títulos requeridos para el puesto en cuestión.

Por último, hay que tener en cuenta también que hay muchas nuevas profesiones que no cuentan todavía con mucha formación oficial reglada como, por ejemplo, la de Community Manager. Por tanto, en estos casos de desprofesionalización conviene que elijas a aquellos perfiles más proactivos y con mayor capacidad de resolución.

La desprofesionalización es un hecho hoy en día que, como miembro del departamento de RRHH debes afrontar en tus procesos de selección. Quizás la clave para tomar la decisión correcta sea buscar el equilibrio entre la formación y la actitud, siempre dando valor a los títulos pero también a la capacidad y al entusiasmo por aprender

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