Contar historias ha sido la manera en que, desde la noche de los tiempos, la humanidad ha compartido información y ha conservado parte de su legado cultural. Los más ancianos –los más sabios– se valían de cuentos, leyendas e historias para transmitir enseñanzas y costumbres a las generaciones venideras.
Desde hace tiempo, los coach profesionales han rescatado esta costumbre ancestral y la utilizan en sus sesiones con directivos de empresa. Según los expertos, la utilidad de esta técnica depende de muchos factores, pero puede ser muy eficaz si se utiliza correctamente.
Eva Snijders es una prestigiosa coach de origen holandés –pero que vive en España desde hace 20 años– que utiliza las historias en sus sesiones con directivos. En este sentido, es también co-autora del libro ‘El Consejo. El poder de las historias’ y ocia de la empresa especializada en ‘storytelling’ Química Visual. Recientemente, ha participado en una conferencia sobre el arte de contar historias en el coaching invitada por la delegación española de la Federación Internacional de Coaching–ICF por sus siglas en inglés–. Snijders explica en su blog por qué es útil esta técnica: «Contar historias, en el contexto del coaching, es un gran recurso para ver nuestra experiencia desde la distancia». Jordi Vila, coach profesional y miembro de la ICF, coincide con Snijder: «Hoy en día la mayoría de directivos están imbuidos en sus problemas a corto plazo y es bueno tomar distancia de las dificultades, verlas con otras perspectivas y encontrar la solución de forma sencilla».
Autoconocimiento
Pero todo depende del punto de vista. Vila explica que contar historias en una sesión de coaching tiene una función diferente dependiendo de quién lo haga. «Si la narra el coach, se utilizan para que el cliente encuentre por sí mismo analogías con su propia historia que le hagan tomar conciencia de lo que le está ocurriendo». Pero también puede ocurrir que el coach le pida al cliente que sea quien cuente su experiencia en forma de historia. «De esta manera descubren cómo están actuando, cuáles son los puntos de vista de los demás, qué se podría modificar… y así es más fácil que descubran ellos mismos cuáles son los pasos a seguir», explica Vila.
Para tener éxito con el entrenamiento a través de historias, Vila tiene muy claro que hay que utilizarlas «sin tener apego» a las mismas y no obcecarse: «Si como coach ves que no funciona, no hay que forzar la situación». Pero lo esencial, dice el experto, es «que la historia le diga algo al cliente, no a nosotros. Una historia muy bien trabajada puede no funcionar y, por el contrario, una historia construida en el mismo momento puede tener un impacto muy fuerte».