Con el fin de mantener la competitividad en este mundo VUCA (volatibilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad), las organizaciones necesitan innovar y mejorar continuamente. Ya Gary Hamel (2000) nos avisaba de que la estrategia no es una cuestión de predecir el futuro, sino de saber cómo pensar diferente.

Para afrontar la ambigüedad, se necesita la agilidad  de generar e implantar soluciones novedosas. En mi libro Creatividad Inteligente incluyo las pautas para desarrollar un ecosistema innovador. La innovación no se da en el vacío, sino en contextos que la favorecen. Lo mismo que una planta necesita un ecosistema que la alimente y mantenga, para la innovación se requiere un buen caldo de cultivo, buenas condiciones para la siembra de ideas, nutrición y cuidados que aseguren su crecimiento y la recogida de resultados.

Innovación en empresas

Ecosistema de la empresa innovadora. ©Beatriz Valderrama 2012

¿Cómo hacer las cosas diferentes en la empresa?

Si una organización quiere innovar ha de atraer perfiles creativos, proporcionarles un contexto de trabajo estimulante y desarrollar una cultura innovadora y políticas flexibles de gestión de personas que les permitan expresar su potencial y mantener su compromiso.

Rediseñar las organizaciones para fomentar la innovación es un proceso que implica un cambio radical en la estructura organizativa, estableciendo un marco donde las personas se puedan desenvolver libremente y expresar su creatividad y talento: roles flexibles, trayectorias laterales, canales fluidos de comunicación, empowerment, autonomía y responsabilidad, equipos de proyecto, redes internas y liderazgo distribuido entre los nodos de la red. La redarquía permite incorporar las ideas de muchas mentes pensantes.

Para que las personas puedan expresar su creatividad, la innovación ha de estar arraigada en el ADN de la empresa, formando parte de su cultura y señas de identidad.La cultura innovadora de una empresa se traduce en un conjunto de valores, creencias y hábitos de comportamiento innovadores, impulsados desde la Alta Dirección, reforzados por los líderes y las políticas de gestión de personas, y compartidos por todos los trabajadores.

Las culturas innovadoras se distinguen por los hábitos que practican

  • Abrazan el cambio, se adaptan con flexibilidad a las nuevas situaciones.
  • Apoyan y animan la asunción de riesgos y los comportamientos emprendedores.
  • Animan a cuestionar los límites y romper con lo establecido en busca de nuevos modos de hacer las cosas.
  • Proporcionan margen de maniobra, libertad y autonomía para que los empleados puedan expresar su potencial creativo.
  • Fomentan la participación de los trabajadores y la resolución de problemas en equipo.
  • Las decisiones se toman en función de la información y no de la posición jerárquica.
  • Emprenden nuevas actividades y proyectos, desarrollan nuevos productos y servicios, investigan nuevas oportunidades de mercado.
  • Alientan la experimentación de nuevos métodos y técnicas.
  • Escuchan y poner en práctica nuevas ideas de los empleados de reciente incorporación.
  • Fomentan la transparencia, alientan a las personas a decir lo que piensan sin temor a represalias.
  • Muestran tolerancia e interés positivo por ideas, creencias, costumbres y opiniones nuevas, originales o divergentes.
  • Fomentan el intercambio de ideas y conocimientos entre personas y grupos.
  • Estimulan el aprendizaje, la revisión de la experiencia, los procesos de mentoring y coaching.
  • Reconocen las iniciativas mediante celebraciones, ceremonias, trofeos y premios.
  • Dan libertad a las personas para dedicar parte de su tiempo a explorar nuevas ideas.

El papel de los líderes es crucial para la transmisión de esta cultura, favoreciendo en sus equipos un clima abierto y estimulante en el que las personas puedan interactuar libremente e intercambiar sus ideas y donde puedan explorar intereses mutuos en el trabajo en forma colaborativa. Estimular la creatividad e innovación exige cuestionar algunas creencias muy arraigadas, aprender a enfrentarse a las ideas preconcebidas, romper la inercia heredada, sentirse cómodos con la ambigüedad y la experimentación, conectar con las nuevas generaciones, buscar, reconocer y recompensar la creatividad.

Hay que besar muchas ranas para encontrar al príncipe, pero recuerda que un príncipe compensa muchas ranas besadas.

Art Fry, inventor de los Post-it de 3M

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