“Condenados a ser libres” dijo Sartre. Porque elegir implica renunciar. Si la circunstancia es el final de un proceso de selección y la necesidad de cobertura es para un puesto específico, entonces recuerda la frase de “Los inmortales”: “Solo puede quedar uno”. Pero… ¿cuál es el mejor? Te indicamos unos tips que te ayudarán a reclutar el mejor talento para un puesto, cuando tienes que decidirte entre dos candidatos. Y recuerda quedar bien con el número dos pues podría ser la candidatura ideal en el siguiente proceso de selección.

Elegir entre dos candidatos

Un buen recruiter desarrolla un olfato y una intuición que hay que tener en cuenta. Sin embargo, también es buena idea convertir el proceso en lo más objetivo posible. Para ello diseña un parámetro para la vacante ordenando jerárquicamente las competencias y habilidades deseadas en las candidaturas. Puedes establecer un baremo de calificación de cada skill requerida y un grado de exigibilidad.

Dentro de la gestión documental de los procesos selectivos contar con un detallado checklist de reclutamiento es más que recomendable. Estos son los tips destacados que debes incluir:

  • Asegúrate de que la formación esté justificada con certificados, títulos o diplomas.
  • Comprueba que el nivel de idiomas requerido es el coherente con las exigencias del puesto.
  • Coteja la experiencia expuesta con la vida laboral y solicita cartas de recomendación.
  • Verifica las referencias
  • Consulta sus perfiles y sus redes sociales.

En ocasiones, comprobar la sinceridad de lo expuesto por el candidato, detectando contradicciones, por ejemplo, puede ser el criterio definitivo para elegir a la persona adecuada. Es fundamental verificar la autenticidad de los datos pues una nueva incorporación siempre supone una reestructuración del equipo y no conviene asumir riesgos innecesarios.

Elegir entre dos candidatos

Criterios cualitativos

Llegados a este punto, si las dos candidaturas siguen empatadas, deberás dejarte guiar por criterios cualitativos o específicos del equipo y el momento concreto. Al fin y al cabo, un candidato puede cumplir todos los requisitos para un puesto y, no obstante, no encajar dentro de una plantilla. Aquí la misión es detectar los rasgos de personalidad y actitud deseables para integrarse con los compañeros. Para ello, atiende al lenguaje no verbal, sus reacciones faciales a la hora de exponer tus argumentos o la manera en que está sentado.

En segundo lugar, valora la proyección a medio-largo plazo. Un perfil técnicamente demandado puede que muestre deseos de cambiar de empresa en un periodo breve de tiempo. El objetivo es consolidar los equipos y retener el talento, por tanto, es necesario atender a la perspectiva de desarrollo profesional que tenga cada candidatura.

Por último, un signo a tener en cuenta es el grado de entusiasmo e interés con que ha contestado a las preguntas en la entrevista así como si ha valorado de manera satisfactoria y expresado su sentir respecto a cubrir la nueva vacante como una oportunidad de desarrollo profesional y personal. Como guinda, busca una candidatura con gran adaptabilidad al cambio, flexibilidad y capacidad para la gestión del tiempo. Estas soft skills sumarán al resto de la plantilla independientemente del nivel o sector donde se ofrezca la vacante.