El concepto de salud ya no se relaciona única y exclusivamente con el bienestar físico. El ámbito mental, el psicológico y el social son partes esenciales para sentirnos saludables. En el mundo del trabajo, cada vez más empresas se preocupan por cuidar y fomentar la salud de sus empleados con la implantación de un programa de wellness laboral. En este artículo, hablamos de este tipo de políticas organizacionales y sus características principales.
En qué consiste un programa de wellness laboral
Desde el punto de vista de las consecuencias, es evidente que la falta de salud de los empleados incide directamente en los resultados de la empresa. Pero también puede tener repercusión en su imagen corporativa y su nivel competitivo.
Por otro lado, las causas de la falta de salud pueden ser muy variadas y tener orígenes dispares. Sin embargo, muchas de ellas tienen que ver con el ámbito laboral: con el puesto y sus características, con las condiciones laborales, el clima organizacional, el estilo de dirección o con tantos otros aspectos que se desarrollan en los entornos de trabajo.
De ahí que cada vez más empresas, desde sus departamentos de RRHH, apuesten decididamente por los llamados programas de wellness corporativo. Estas novedosas iniciativas buscan fomentar hábitos de vida y condiciones saludables para sus empleados y el abanico de acciones es muy grande.
Algunas de las propuestas más habituales podríamos encuadrarlas en los siguientes ámbitos:
- Físicas: como ciertas actividades deportivas tales como equipos de fútbol o de baloncesto, sesiones formativas sobre alimentación saludable o programas on line de salud para las personas que teletrabajan.
- Propuestas de salud mental: como sesiones con el psicólogo de la empresa para la prevención de situaciones de estrés laboral, acciones de coaching empresarial, o actividades de mindfulness o yoga en la empresa.
- Propuestas de ocio: destinadas al esparcimiento y la diversión, como la asistencia a diferentes actos culturales, excursiones o eventos para toda la familia.
Cómo implantarlo en la empresa paso a paso
Hay que tener en cuenta que el éxito de este tipo de programas depende de muchos factores. No sólo es necesario contar con la intención, sino que debe tenerse en cuenta que será necesaria una inversión en recursos para que el programa de sus frutos.
En este sentido, aquellas empresas que quieran valorar la implantación de este tipo de políticas, deben tener en cuenta estas fases:
- Fase de diagnóstico: donde analizaremos la situación de la salud laboral de nuestros empleados en diferentes ámbitos de la empresa y utilizando técnicas de recogida de información como las encuestas, las entrevistas o la observación directa.
- Fase de establecimiento de metas y objetivos: que nacerán directamente de las necesidades encontradas en la fase anterior
- Fase de comunicación: una vez diseñado el plan, se establecerá una política de comunicación a la plantilla. Se busca impulsar y motivar la participación de los empleados en las acciones concretas diseñadas.
- Fase de implantación de iniciativas: de las propuestas diseñadas y temporalizadas con anterioridad.
- Fase de evaluación de resultados: con el objetivo de eliminar aquellas propuestas que no han satisfecho los objetivos. Y también para implantar otras nuevas que sirvan para mejorar el plan.
Son muchas las ventajas que este tipo de programas ofrece tanto a la empresa como a los trabajadores. No solo contribuye a mejorar la salud de los empleados. Son políticas que mejoran de los niveles de producción y rentabilidad, el descenso del absentismo y los porcentajes de bajas laborales en la empresa.