Reducir el índice de rotación y aumentar el engagement son las consecuencias de una plantilla que percibe que trabaja por buenas condiciones financieras. Este indicador subjetivo sumado a los indicadores objetivos es lo que determina el bienestar financiero de los trabajadores. Una de las ventajas más buscadas por las empresas es atraer y retener el talento ofreciendo a los empleados condiciones salariales y laborales que cubren su bienestar.
Alcanzar el bienestar financiero
En el concepto de bienestar financiero se engloba tanto los ingresos propiamente dichos recogidos en la nómina, como los ahorros, deudas y la satisfacción relativa al resto de compañeros o al estado financiero de la compañía en general. Precisamente por la carga interpretativa del bienestar financiero, muchas empresas ofrecen ya formación específica para conocer y gestionar todas estas variables.
En la época de tu abuela, la institución del crédito no era la norma y quizá te decía que si tienes una peseta, media la gastas y media la ahorras. Esta sabiduría es la que funciona para alcanzar el bienestar financiero. Lograr acumular ahorros permite a la plantilla cumplir sus deseos a corto/medio plazo y, por tanto, aumentar su motivación en el trabajo. Es hora de aprovechar los conocimientos derivados del estrés de los ERTE para los que ninguna empresa estaba 100% preparada.
Además las situaciones de crisis como la del 2008 o la reciente pandemia provocan malestar emocional y generan estrés. Más de la mitad de los trabajadores reportan mayor preocupación por su salud financiera que, incluso, por la física o emocional. No solo ante el panorama inminente, sino a largo plazo, preocupados por la jubilación. Ofrecer un plan de bienestar financiero a los trabajadores les ayuda a ordenar sus diversas situaciones y aumentan su sensación de pertenencia a la cultura empresarial.
Así pues, el objetivo es tener el control sobre los ingresos y gestionar sabiamente el equilibrio entre ahorro y gastos. La precariedad no debe ser la principal carga mental en una plantilla sana y productiva.
Ventajas para la empresa
En ocasiones, posponer el crecimiento salarial del equipo directivo en favor de un incremento del bienestar financiero de la plantilla conlleva un aumento de la productividad y resiliencia de la empresa. Ejemplos de éxito son los que han seguido el modelo de Dan Price.
Diseñar un plan de salud emocional y financiera es una apuesta eficaz para mejorar la productividad y aportar valor a tu cultura empresarial, diferenciándote de otras compañías. De esta manera, la plantilla manifestará mayor credibilidad en la misión de la empresa y reforzará el posicionamiento de la compañía como marca empleadora. Comunicar tu plan fuera de la empresa mejorará tu employer branding y garantizará la atracción y retención de talento.
Por último, si los trabajadores perciben que su situación financiera es buena mejorarán su estado de salud y por tanto, reducirás los costes asociados al índice de absentismo: costes de sustitución o fallos en la calidad de los productos, por ejemplo. La flexibilidad horaria y las facilidades para la conciliación contribuyen en este sentido.