Vivimos en un mundo global en el que cualquiera puede invertir prácticamente en lo que quiera en otro país. El verdadero escollo es si el negocio que se pretende hacer tiene, o no, mérito comercial. Pero ese mérito, más allá de la técnica, depende del posicionamiento del producto en la mente de los clientes. Y éste no sólo está condicionado por el prestigio de la marca del producto, también por esa marca indeleble que llevan al salir de su país de origen, el «made in».

Ésta es la mayor limitación para la competitividad internacional del «made in Spain». Es inexplicable que siendo la octava potencia económica mundial seamos el 17º exportador. Que siendo el primer inversor europeo en Latinoamérica seamos el séptimo suministrador…

Afortunadamente en los últimos treinta años hemos mejorado nuestra imagen. Así «España» ha comenzado a ser una marca-país de prestigio creciente. Pero cuando iba encarrilándose llegaron los nacionalistas y su urticaria separatista.

Seguro que muchos españoles han oído hablar de Milán, Frankfurt o Zurich. Pero, ¿cuántos podrían decir en qué provincia, región o estado están esas ciudades? Entonces, ¿por qué un italiano o un suizo van a estar interesados en saber que Barcelona está en Cataluña o Sevilla en Andalucía? También muchos españoles sabrán que Renault es francesa, Toyota japonesa y Audi alemana. Pero, ¿cuántos podrían decir en qué ciudades están sus oficinas? Entonces, ¿por qué los japoneses, alemanes o norteamericanos van a saber dónde están Zara, Freixenet o Iberdrola? ¡Están en España!

Otro tema es el de las «oficinas de promoción» de las autonomías. Si se hiciera un listado por PIB de todos los países, incluyendo a los estados norteamericanos de forma individual, California ocuparía el quinto lugar. ¿Dónde están las oficinas de promoción de California fuera de EE.UU.? ¡No existen! Hay sólo una oficina en cada país: su embajada.

Lo de España es increíble. Es de provincianos. En esta crisis la fiebre autonómica es enemiga del posicionamiento y de la competitividad. A ver cuándo se enteran de que se puede discutir en casa; pero fuera hay que estar de acuerdo. A nivel internacional, sólo debemos promover una marca, y ésa es España.

Por Raúl Peralba

Presidente de Positioning Systems

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