Las cosas suceden, de una manera u otra.

Recientemente he estado preparando un curso de redes sociales que voy a dar in-company a una empresa de Valencia. Durante todo el proceso de elaboración del mismo me he dado cuenta de la importancia de acotar cada una de los módulos del curso. Adecuando cada contenido del temario a su parte específica correspondiente.

Con la búsqueda de #empleo pasa algo similar.

No soy experto en cómo hacer un buen currículo, aunque mi experiencia haciéndolos y redactando algunos para conocidos y amigos, me debiera de servir de algo y de ser suficiente para lo que a continuación quiero explicar. De hecho, cuento con bastantes modelos, algunos de ellos puestos en práctica y publicados para el deleite e información de quien tenga curiosidad por leerlos.

El currículo es mucho más que un mero relato de nuestra experiencia profesional. Independientemente de lo extensa o corta que sea. Es un documento que le va a contar a quien nos entreviste, pero sobre todo a quien nos contrate, qué somos, qué hemos hecho, y cómo lo hemos hecho. Por eso es muy importante contar con esmerado detalle algunas cosas, y destacar otras, que puedan servir de guía a quien nos deba de seleccionar.

Muchos, yo incluido, nos encontramos con el dilema de qué hacer cuando hemos de rellenar nuestro currículo en un portal de empleo. Éstos se caracterizan por ser imparciales y por basarse en la mera recopilación de datos. Información con la que luego categorizarán nuestro perfil profesional.

Es una tarea que en ocasiones se puede hacer tediosa y larga. Pesada, muchas veces. Sobre todo porque ese proceso lo hemos repetido una y otra vez en otros tantos sitios. Pero tenemos que ser prácticos. Hemos de afrontar su nueva redacción como si fuera siempre nuestra primera vez.

Cuando nos enamoramos hay pasos que debemos de repetir una y otra vez siempre. Aunque normalmente hemos aprendido de errores pasados, para tratar de reconducir o de guiar esa posible nueva relación de una manera diferente.

Sería ideal tratar a nuestro currículo como si de una relación de amor se tratara. Y como si cada nuevo documento que preparáramos fuera el primero, y en el que arregláramos aquello que no terminamos de pulir la vez anterior.

La Web 2.0 ha favorecido el hecho de que el currículo evolucione de maneras y formas sorprendentes. Además de la capacidad por generar sorpresa de los candidatos. Lo bueno de la Web 2.0 es que nos permite contar con herramientas que pueden ayudar a constatar lo buenos y lo originales que somos.

El currículo ha escapado al formato único de un documento de Word para convertirse en un vídeo incrustado en alguna de las redes sociales de la que seamos miembros, en una llamada dentro de un banner de nuestro blog, o en una insignia, que viene a ser a como llama Facebook a sus tarjetas de visita, que pueden luego ponerse en cualquier sitio web.

Ejemplo de un currículo diseñado para sorprender, similar a un plano de metro, en el que las líneas son los recorridos profesionales y las trayectorias (sociales, de formación, creativas… del candidato).

Tener un currículo completo es básico

Sea cual fuere el modelo o tipo de currículo que vayamos a hacer, es imprescindible que lo completemos con la mayor cantidad de datos que pueda aportar información, y que también permitan segmentar nuestro perfil profesional.

La única forma de poder diferenciarnos del resto es marcando diferencias. Suena a Perogrullo pero es cierto. Ya os he hablado de la necesidad de capacitaros y de formaros en todo aquello que podáis, y que os sea de interés. En un currículo, es necesario determinar qué formación destacar o incluir, pero sobre todo, que capacitaciones colocar, cuándo, y en qué orden.

Un error común es el de incluir todo lo que hemos hecho para que quien nos lea vea que somos polifacéticos. Y no siempre es lo mejor. Hay un modelo de currículo que es el de capacitaciones (parecido al americano) que lo que hace es aglutinar o reunir todos los aspectos relacionados con una rama profesional por bloques. De tal forma que cada una de las experiencias formativas, profesionales y capacitadoras que hayamos tenido en un campo concreto, aparecerán juntas… Pero no revueltas. Es decir, cada una en su epígrafe correspondiente.

Esto nos puede servir para acortar o ampliar el currículo, eliminando o incorporando información que ya tienes preparada y catalogada. Y puedes combinar dicha información en función del tipo de puesto al que se opte.

Y en la web 2.0, ¿cómo lo hacemos?

En los portales de empleo es más complicado hacerlo. Habitualmente ofrecen la posibilidad de contar con varios modelos de currículo. Pero siempre cuentan con una serie de casillas en las que habremos de desarrollar (de una forma más o menos extensa) lo que hemos hecho en cada puesto de trabajo.

Lo importante es explicar qué se ha hecho (concisamente) en cada puesto de trabajo cubierto. Aquí podemos incluir información que puede que no tenga que ver exactamente con el puesto. Ordenarla por orden de importancia. Y sobre todo, y si contamos con ellos, hablar de casos de éxito o de logros obtenidos durante el desempeño del trabajo.

Se trate del tipo de web de que se trate (portal de empleo como Infoempleo.com, red social, o blog) donde tengamos dispuesto esa información curricular podemos divulgarla en las redes sociales donde tengamos nuestro perfil.

Pero hay que ser inteligentes. Quiero decir que no debemos abusar de entradas en las que se diga que buscamos #empleo de esto o de aquello. Aunque a veces tiene buenos resultados, y la gente que te sigue comparte esa información en su muro (Facebook) o en su línea de tiempo (Twitter). Lo ideal es aprovechar esos comentarios que hemos incluido en nuestras capacitaciones o en la descripción de los trabajos desempeñados, para socializar dichos contenidos. Y para ello es esenciar usar los tags o etiquetas marcando o señalando de forma inteligente aquellas palabras que puedan ser más destacadas.

Y no olvidarnos de incluir nuestro enlace a esa dirección de internet en donde se encuentre el currículo.

Con eso conseguimos dos cosas:

1. Con el uso de las etiquetas o tags, nuestros mensajes entran a formar parte de la selección de contenido que ellas crean. Un diseñador puede usar #diseño o #diseñador para etiquetarse. Cuando un usuario busque cualquier cosa con ese término, su mensaje aparecerá en los resultados casi inmediatamente. Usarlos de manera continuada, crea tendencia y pasa a ser hashtag, algo así como una etiqueta reconocida.

2. Al tiempo que divulgamos nuestra experiencia sin que se note demasiado, estamos creando cierta reputación en torno nuestro. Y nosotros mismos nos vamos convirtiendo en referente. Eso sí, hay que procurar usar las mismas etiquetas siempre que sea posible para relacionar cada uno de nuestros mensajes.

Sí es posible darnos a conocer en nuestra búsqueda activa de empleo. Y sí es posible usar las redes sociales a modo de canales de difusión de nuestro conocimiento y de nuestra experiencia.

Además, es muy interesante participar en esas redes sociales con mensajes de nuestro cuño que traten sobre aquellos temas hacia los que orientamos esa búsqueda de empleo.

Beneficia a nuestra imagen y a nuestra marca personal y profesional.

@AntonioVChanal
Coach y Formador