El 31 de mayo concluyó el plazo de presentación de candidaturas para la segunda edición de Campus de Excelencia Internacional. Un proyecto, inscrito en la ‘Estrategia Universidad 2015’ que pretende convertir a las universidades españolas en los ejes del conocimiento, la investigación y la innovación de sus respectivas localidades. Márius Rubiralta, secretario de Estado de Universidades hace una valoración de los resultados de la primera convocatoria con la crisis y la necesidad de un cambio de modelo socioeconómico —en el que la universidad se convierte en protagonista—, como telones de fondo.
¿Cómo valora la respuesta a este programa?
Bien, aunque requiere mucho más que un cambio en la cultura universitaria, que hasta hace poco había sido bastante individualista y competidora, y había llevado a nuestro sistema a la uniformidad y a la desagregación. Como consecuencia de ello, no aparecíamos en los ‘rankings’ internacionales…
Y la apuesta por el conocimiento, la investigación y la innovación requiere lo contrario…
Sí, el objetivo es mejorar la dimensión internacional y la competitividad a través de la búsqueda de la excelencia, promoviendo la agregación y rompiendo la homogeneidad del sistema a través de la potenciación de los elementos diferenciadores de cada institución y su entorno.
¿Es fácil esa agregación?
No. En la primera convocatoria sólo se seleccionaron dos proyectos conjuntos de universidades y otro de universidad con organismo público de investigación. En la segunda se avanzará en la agregación entre entorno público y privado, y empresas de las zonas de influencia.
¿Qué cambios se han introducido en esta última?
Ya en la primera, tras la evaluación del comité internacional, se vio que había unos proyectos con impacto global y otros con impacto regional y se especificó este punto; ahora, tras la evaluación elaborada por el Ministerio se han introducido nuevos aspectos de mejora como indicar que éste es un proceso que no acaba con una convocatoria, que es necesario apoyar proyectos que incidan en ejes concretos de modernización y otros aspectos muy importantes, como la agregación de centros de formación profesional superior, el impulso del sistema de alojamiento y la accesibilidad de los campus. También se ha hecho especial hincapié en el desarrollo del Espacio Europeo de Educación.
¿Cree que esta evolución natural de la universidad contribuirá al cambio en el modelo socioeconómico español?
Claramente. Aunque no aparecía en la idea inicial de CEI, estamos convencidos de que será así. Con la agregación de diferentes instituciones y el apoyo de las comunidades autónomas —que así reforzarán su planes estratégicos para salir de la crisis— pasaremos de un modelo basado en la especulación a otro fundamentado en la formación, la investigación y la innovación, que transformará el tejido productivo.