El tiempo disponible no debe ser un argumento para no leer detalladamente los CV que recibas. Piensa en que, si no dispones de ese tiempo para la primera selección, mucho menos contarás con él para llamadas y entrevistas. Y en esta primera atención está la clave para optimizar el reclutamiento. Para saber extraer la información relevante analiza el diseño, la redacción, así como la trayectoria, estabilidad en los puestos o su disponibilidad. Todo ello será esencial para evaluar un CV.
Saber evaluar un CV es fundamental
Recibir muchas solicitudes para cubrir una vacante o para formar parte de la base de datos de la empresa es una buena señal. Significa que el employer branding está cuidado y funciona. Pero a su vez implica la recepción de múltiples y diversos CV que debes evaluar. Tan costoso es desechar una candidatura valiosa como seleccionar a quien no se ajusta al puesto o a la cultura corporativa.
De ahí que a la hora de evaluar el CV lo primero que tengas que reservar es tiempo y atención. Aunque es cierto, que la primera criba será ágil al haberse automatizado muchos procesos, especialmente en cuanto a los requerimientos técnicos se refiere. Si en las entrevistas los microgestos pueden ser definitivos a la hora de acertar con el reclutamiento, hay detalles del CV que no pueden pasar desapercibidos. Por ejemplo, el diseño o composición de los datos, la extensión o la formulación en la redacción. Un texto con abuso de la voz pasiva de los verbos puede apuntar a un perfil con menos actitud proactiva.
Claves para extraer la información relevante
Una vez que ya estás leyendo el CV o viendo sus grabaciones audiovisuales, ha llegado el momento de discriminar la información. Lo primero y evidente es tener claro lo que quieres localizar. Define de manera precisa lo que buscas y analiza con cuidado para la primera criba. Un perfil puede ser muy llamativo por los logros o la trayectoria, pero no ajustarse a las necesidades actuales de la compañía. Estas son algunas de las claves para extraer la información relevante:
- Experiencia en trabajos anteriores y trayectoria: en este punto fíjate en la progresión del plan profesional, porque que haya cambiado de trabajo, no implica necesariamente ausencia de estabilidad en el perfil. Puede que sea un carácter ambicioso y que siempre busque mejorar sus condiciones, por lo que encaje en ese puesto de liderazgo que necesitas cubrir.
- Competencias: hoy más que nunca es clave que la información facilitada por el solicitante gire en torno a sus habilidades, tanto blandas como duras. La formación es ágil para actualizar los perfiles, pero desde recursos humanos tenéis que tener claro el valor y las necesidades de la nueva contratación.
- Accesibilidad: tanto para conectarse si el trabajo es en remoto o híbrido, como para viajar si el cargo lo requiere. Los entornos cambiantes actuales implican localizar la adaptabilidad al cambio como una soft skill.
- Presencia en redes sociales: para completar la información presentada en el CV “oficial” busca el perfil en las distintas redes. Contar con uno o varios de sus avatares, así como si no está presente en algún entorno digital, enriquecerá el proceso de reclutamiento.