Desde el departamento de recursos humanos estarás habituado a prestar atención al lenguaje no verbal de los candidatos, pero ¿te has planteado que el mismo código te rige a ti como reclutador o persona de contacto de los trabajadores? Además de las referencias presenciales que ya conoces como la postura, el tono de la enunciación o el ritmo con el que hablas, hay otros rasgos que debes observar en los entornos en remoto o híbrido. Aquí algunos consejos para cuidar tu comunicación no verbal.
El lenguaje no verbal en las entrevistas
Si bien la comunicación en palabras impacta menos del 10% en el interlocutor de manera general, habrá momentos en los que cuidar el lenguaje no verbal es clave, como la entrevista, el onboarding o en un despido. Puedes haberte currado un discurso que ya le gustaría a Cicerón o al Aristóteles de la Retórica, que como tu postura no sea correcta o no vocalices y cuides la dicción, vas a transmitir un mensaje totalmente diferente.
El éxito de un onboarding en parte está vinculado a la tranquilidad y confianza de la nueva incorporación en su persona de referencia, que puede que seas tú. Atiende a estos aspectos para facilitar la acogida, retener el talento y cimentar las bases de una buena relación laboral:
- Postura corporal: la conciencia postural se entrena también, así que ejercita esa idea del yoga, por ejemplo, en la que un hilo transparente tira de tu cabeza hacia el cielo y otra fuerza equilibra la cadera, imaginando tu columna vertebral como una torre de monedas que no quieres que se caigan.
- Extremidades: algunas personas tienden a movilizar en exceso las manos y piernas, convirtiendo en ruido lo que podría ser un apoyo gestual para favorecer la comprensión del mensaje. Especialmente, evita transmitir una actitud cerrada cruzando manos, brazos o piernas.
- Cara: los 43 músculos del rostro humano transmiten rápidamente emociones, por lo que, a menos que tengas formación dramática, la mejor manera de controlar el mensaje que quieres comunicar con la cara es siendo lo más sincero en la entrevista. Es muy fácil detectar para las candidaturas si la sonrisa no es “genuina”.
- Ambiente: de manera coherente con tu cuerpo, el espacio donde realices la entrevista, debe transmitir claridad, confianza, seguridad e higiene.
Aplicación en entornos en remoto
En el teletrabajo, cuando la comunicación entre personas pasa por la pantalla, debes añadir la variable del punto de vista. El lenguaje cinematográfico nos los muestra, está estudiado el valor simbólico o inconsciente que atribuimos al diálogo de un personaje si el plano es un picado (desde arriba, puedes leer sus pensamientos) o un contrapicado (desde abajo, es un susurro o confesión cómplice que rompe la cuarta pared).
En este sentido, la profesionalidad la demuestras manteniendo el punto de vista fijo frente a ti y mirando a cámara como si fueran los ojos de tu interlocutor. Es tentador mirar tu propia imagen o incluso intentar arreglar el peinado o el cuello de la camisa. Pero ten en cuenta que debes mantener el lenguaje no verbal correcto como si fuera presencial. Así que del mismo modo que no sacarías un espejo para atusarte en una reunión, ni entrarías con la cara tapada, mira siempre al objetivo y nunca desactives la webcam.
Por último, igual que has cuidado en las entrevistas la sala en la que ocurrían, vigila lo que se ve detrás de ti. Evita demasiada información que distraiga, mantén el fondo limpio e iluminado. Tanto el entorno como tu cara, y añadiendo algún rasgo corporativo o característico que aleje la frialdad y desconfianza que transmite una pared blanca. Como ya habrás observado, una planta puede ser tu mejor aliada.