Los sistemas ERP (Enterprise Resource Planning) constituyen el software empresarial más requerido por las empresas: casi un 50% (49,17%) seguido por CRM (14,35%) y RRHH (12,68%). Esta Planificación de Recursos Empresariales permite automatizar la mayoría de los procesos operativos o productivos de la empresa e integrar la información de todos los departamentos. La esencia del ERP es centralizar y unificar datos. Sin embargo, no siempre vas a encontrar que la automatización sea la mejor solución. Aquí puedes ver sus ventajas e inconvenientes.
Ventajas del sistema ERP
Gestionar tareas múltiples es más eficaz si te sirves de un sistema ERP. Dos de sus rasgos más demandados son su capacidad de adaptación y las funciones que ofrece para el análisis y tratamiento de grandes cantidades de datos, convirtiendo los procesos corporativos en ágiles. Para acertar con las funcionalidades que necesita la compañía, es muy recomendable contar con los servicios de una consultoría que analice previamente el modelo empresarial, la estrategia y los procesos que la rigen.
Las principales ventajas de implantar un sistema ERP son las siguientes:
- Optimización de la gestión: mejora el desempeño, tanto en eficacia como en eficiencia, de los procesos organizativos. Especialmente en los repetitivos: comunicaciones, informes, logística o inventario.
- Modulabilidad y escalabilidad: contribuye al crecimiento sentando las bases y poniendo a disposición de la empresa los módulos y soluciones oportunos según las necesidades progresivas que vayan surgiendo.
- Mejora el proceso de toma de decisiones porque podrás disponer en tiempo real de datos fiables que fundamenten mejor la elección. Además mejorarás los tiempos de respuesta.
- Aumento de la seguridad en los datos, protegiendo el acceso a la base de datos y facilitando el almacenamiento y la copia recurrente (backup).
- Mayor control al quedar registrado un número significativo de los procesos. Facilita las auditorías.
Inconvenientes de la automatización
Los sistemas ERP conllevan el riesgo de automatizar demasiados procesos que entiende mejor un ser humano o a los que es capaz de dar una respuesta óptima. Algunos de los límites que puedes encontrar en la implantación de un sistema ERP en la empresa son estos:
- Los costes generales y los posteriores, que pueden superar las posibilidades de las pymes, sobre todo. Cuanto más personalizado sea, mayor será la inversión que necesita realizar la organización.
- La incertidumbre laboral que puede generar en la plantilla si ve que sus tareas pueden ser realizadas, y de manera más eficaz, por un software, poniendo en peligro su puesto de trabajo.
- La gestión de cambios que supone, pues aunque agilice ciertos procesos, implica otros nuevos como el mantenimiento, la actualización o integrar procesos de control de la calidad.
- Las personas no pueden ser sustituidas por las máquinas. Este es el quid de la cuestión. En el mundo de la IA y del IoT puede llegar a confundirse la función de un trabajador con la resolución operativa de ciertas tareas. Posicionar a los trabajadores en el centro de la estrategia siempre será un acierto pues las personas, a diferencia de los software, responden de manera flexible, crítica y con mayor adaptabilidad, a las necesidades contemporáneas, usando la creatividad para resolver las incidencias.