Los stakeholders o grupos de interés son todos aquellos individuos u organizaciones que están implicados en la actividad y estrategia de la empresa. Más allá de los socios, están incluidos clientes, proveedores, inversores y la plantilla de empleados. Para alinear objetivos particulares y comunes se establecen procesos de negociación. Los stakeholders pueden dañar gravemente la reputación de una empresa. Sin embargo, también pueden mejorar significativamente su imagen. Aquí algunos tips para el manejo de stakeholders.
Capitalismo de stakeholders
Cuando se emprende, uno de los contenidos que son analizados y que quedan registrados en el plan de empresa es un listado de los stakeholders que van a ser impactados positiva o negativamente en función del desarrollo del proyecto. Aquí se incluye, además de los citados más arriba, los patrocinadores y las entidades externas.
Es importante clasificar los stakeholders. Algunos serán prescindibles, como un proveedor que cambia las condiciones de adquisición del producto, pero otros serán necesarios, como una administración pública que habilite la actividad que desarrolla la empresa. En este sentido, puedes distinguir entre stakeholders primarios, que suelen estar implicados económicamente o son parte de la estructura básica, y, por otro lado, stakeholders secundarios, que serían los que se ven afectados directamente por la actividad de la compañía, como los proveedores.
¿Cómo influyen los grupos de interés en las empresas?
Una de las maneras con las que puedes rentabilizar y controlar la influencia de los stakeholders es recogiendo la siguiente información:
- Quiénes son, con nombre y posición en su organización.
- Qué ganan con el éxito o el fracaso de la empresa.
- Establece sus necesidades, expectativas y su influencia potencial.
- Qué esperan de la persona que administra el proyecto.
- Qué se espera de ellos.
- Cuáles son los aspectos a vigilar: fechas, gastos o calidad.
Tras este análisis puedes construir una matriz o un gráfico según los grupos de interés sobre la actividad de la empresa. En este sentido, la clasificación distingue entre:
- Stakeholders latentes: bajo interés sobre las actividades, pero alto poder sobre la empresa.
- Stakeholders indiferentes: bajo interés y poder sobre el proyecto. Sin embargo, se quedan en vigilancia, por si su rol cambia en el futuro.
- Stakeholders defensores: si bien no inciden directamente en las actividades empresariales, sus opiniones pueden afectar a futuro.
- Stakeholders promotores: fuerte poder e interés en el proyecto. Sus opiniones son sumamente valiosas y atender sus necesidades es una clave fundamental del éxito empresarial.
Ventaja para sobrevivir a la COVID-19
Quienes han mantenido una apuesta por la responsabilidad social corporativa y sus stakeholders, previamente a la declaración del estado de alarma o tras su inicio, cuentan con una ventaja en el mercado laboral actual. Ya en enero del año pasado, el Foro Económico Mundial Davos 2020 señaló como tema central: Skateholders para un mundo cohesionado y sostenible. La propuesta incluía una revisión del concepto de “capitalismo de stakeholders” que supere la desigualdad de ingresos, la división social y la crisis climática.
Para ello, contar con un propósito común es fundamental. Algunas de las estrategias para integrar a los stakeholders en la empresa son las siguientes:
- Conocer el contexto al que pertenece la empresa e implicarse en él es la condición necesaria para ser reconocidos por contribuir a la sociedad.
- Identificar si existen brechas entre la percepción y el desempeño.
- Mejorar continuamente los canales de comunicación, con un diálogo constante, transparente y especializado.
- Establecer los KPI concretos y medibles en el tiempo.