José Luis Fernández Santillana, secretario confederal de comunicación y RCI de la Unión Sindical Obrera (USO).
El Gobierno ha vuelto a hacer un ejercicio de funanbulismo político al presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013 que parte de un escenario macroeconómico irreal y que van a evidenciar un nuevo error de previsión, que nos va a restar credibilidad internacional, va a suponer mayores dosis de sufrimiento para la mayoría social y nos van a abocar a un escenario de mayor recesión que va a prolongar y a implementar la crisis destructora de empleo.
Son poco creíbles porque prevén un objetivo de reducción del déficit desde el 6,3% que espera lograr en 2012 al 4,5% en 2013. Primer error político y de cálculo porque a día de hoy estamos en el camino de incumplir el objetivo de este ejercicio.
Son cuentas falaces porque parten de un supuesto erróneo de evolución del PIB. Dan por buena una caída del 1,5% para este año y cifran el retroceso en el 0,5% para 2013, pero los organismos internacionales y los servicios de estudios indican que en 2013 el retroceso puede llegar al triple.
A partir de aquí, las previsiones de gasto en los principales capítulos se rebelan imposibles ya que un decremento del PIB, mayor del consignado, traerá como consecuencia que las cifras de prestaciones por desempleo aumenten más de lo previsto, los ingresos fiscales estimados serán menores y por tanto el desfase aumentará. Paradójicamente, los presupuestos contemplan un recorte en la partida del desempleo del 6,3%. Es algo inaudito y se ha desbordado por la realidad a la semana siguiente de presentar las cuentas al aumentar el paro de septiembre en casi 80.000 personas y destrozar las previsiones de gasto en esta partida social.
Conviene recordar también que en 2012 no se están cumpliendo las revisiones de ingresos fiscales. El aumento del IVA no está trayendo como consecuencia una recaudación mayor en la proporción estimada, como consecuencia del aumento de la atonía de la demanda interna y del incremento, reconocido, de la economía sumergida, y los ingresos por la amnistía fiscal no están siendo, ni de lejos, los esperados. Pero lo más grave de estas cuentas públicas es que los gastos financieros en 2013 serán el doble que los presupuestados en 2009 por la crisis. Esto constituye una agresión a la ciudadanía sin precedentes.
Todo el esfuerzo realizado por los ciudadanos se lo comen los intereses de la deuda y la supuesta bondad de aumentar las pensiones en un 1%, se ve desbordada por una inflación en aumento. EL IPC adelantado del mes de septiembre se sitúa en el 3,5%. Por tanto, subirán las pensiones pero sus beneficiarios seguirán empobreciéndose.