En unas recientes declaraciones a la revista digital Wired, Matthew Key, el máximo responsable de Telefónica Digital, afirmaba que «cuando le preguntas a la gente si quiere venir a trabajar a Telefónica, dice ‘no gracias’. Pero estamos intentando hacerles comprender que estamos creando el entorno adecuado para que ellos desarrollen las cosas adecuadas para el mercado». Esta frase ilustra la inquietud que experimenta uno de los principales operadores de telecomunicaciones del mundo por adaptarse al nuevo escenario socioeconómico emergente, cuyos valores rompen drásticamente con los modelos vigentes anteriormente.

Las empresas se enfrentan ahora a unos mercados guiados por la innovación donde la creatividad y las ideas rompedoras alcanzan las más altas cotas de protagonismo. En consecuencia, las compañías tendrán que demandar profesionales de talento cuyo carácter emprendedor y versátil haga posible la generación de valor en un entorno en constante cambio, haciendo gala de una especial clarividencia para comprender los mercados y de una capacidad de anticipar de forma ágil las tendencias novedosas.

El desarrollo de este tipo de actitudes y aptitudes requiere de una orientación distinta en los procesos de enseñanza y formación de las personas desde muy temprana edad. Así lo ha entendido Fundación Telefónica, entidad responsable del VI Encuentro Internacional EducaRed, un evento que se ha celebrado en octubre en Madrid y que, bajo una filosofía colaborativa y participativa, ha intentado presentar algunas de las ideas y tendencias de vanguardia en el campo de la educación y la tecnología.

Durante sus tres días de duración, por los escenarios y talleres del  encuentro han desfilado distintos expertos, en muchos casos no relacionados con el sector educativo, pero que han sabido transmitir conceptos y experiencias perfectamente apropiables por el proceso de transformación que atraviesa la pedagogía actual. A fin de cuentas, la evolución de la enseñanza debe inspirarse en los cambios en el funcionamiento del mundo en el que vivimos.

Podemos resumir varios de los grandes temas que planearon sobre el pabellón en el que se celebraron las jornadas, como empatía y colaboración, empoderamiento, redes y, finalmente, herramientas.

La empatía fue el eje central de la conferencia de Bill Drayton, Premio Principe de Asturias de Cooperación Internacional 2011 y fundador de la organización Ashoka. Drayton defiende el desarrollo de la capacidad para cambiar la sociedad desde la escuela, formando ciudadanos corresponsables con el futuro de la humanidad; niños y niñas que sepan trabajar en grupo, sin herir a sus iguales. De ahí la necesidad de fomentar la empatía como motor del esfuerzo colectivo, la organización y el liderazgo. En palabras de este emprendedor social, «la clave del éxito es contribuir al cambio, no solo adaptarse al cambio».

Auto aprendizaje

Otro concepto que obtuvo un protagonismo notable dentro del VI Encuentro EducaRed fue el de ‘empoderamiento’, que en el contexto educativo hace alusión a la acción de capacitar a los alumnos para que sean los protagonistas de su propio proceso de aprendizaje. En este sentido, el profesor de la Universidad de Newcastle Sugata Mitra defiende la habilidad de los niños y las niñas para progresar en el aprendizaje  trabajando en grupo con la mínima ayuda de un profesor –Minimally Invasive Education o Educación Mínimamente Invasiva–, figura que en su modelo educativo se transforma en un guía o mediador del conocimiento. Mitra es conocido en el ámbito educativo internacional por su experimento ‘Hole in the Wall’, que consistió en colocar un ordenador dentro de un quiosco en una pared y situarlo en un barrio desfavorecido de Nueva Delhi, a disposición de los niños para después observar la reacción de éstos. La experiencia demostró que los menores eran capaces de aprender mediante el trabajo en grupo espontáneo el manejo de los programas informáticos y a navegar a través de Internet sin una enseñanza formal específica sobre el particular.

El experto del aprendizaje en la era digital George Siemens introdujo en el evento teorías relacionadas con las redes de aprendizaje y los ecosistemas de conocimiento. Partiendo de la premisa de que el conocimiento es una red, la forma de conocer las ideas y de conectarlas entre sí determina nuestro nivel de aprendizaje. Paralelamente, cómo estemos conectados condiciona la información que encontramos. A su juicio, los docentes deben enseñar a sus alumnos a crear y evaluar redes, pues, en sus propias palabras, «dar un dato y evaluar si el alumno lo recuerda no es válido en una sociedad que precisa crear conocimiento».

El último de los grandes epígrafes que tuvo una presencia destacada en el encuentro fue el de las herramientas tecnológicas para la educación. Dentro de este particular, destacó la presencia de la pedagoga Judi Harris, que expuso el modelo TPACK, cuya filosofía se centra en la integración efectiva de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el aula partiendo de las necesidades reales del alumnado y de las realidades conceptuales de las clases y los centros educativos. El método TPACK persigue aportar tres tipos de conocimientos a los docentes: de tipo tecnológico, de tipo pedagógico y de contenidos. Sin embargo, Judi Harris se opone a que las herramientas, tanto programas como dispositivos, condicionen la actividad didáctica; no se trata, como se hace a menudo, de llenar las aulas de ordenadores y pizarras digitales y luego ver qué se hace con ellas. El proceso debe ser el inverso: la actividad didáctica que se va a llevar a cabo en el aula debe identificar la herramienta a utilizar, pues, a fin de cuentas, es solamente un medio, no un fin en sí mismo.

En suma, se trata de nuevas perspectivas desde las que enfocar los procesos de enseñanza y aprendizaje; visiones que desechan la relación tradicional docente-alumnado que lleva vigente desde hace varios siglos, apostando por ceder al alumno el protagonismo de su propio itinerario educativo aprovechando las ventajas que ofrece el habitar en un mundo  interconectado en el que la información fluye sin barreras. El reto es convertir a esos estudiantes en dignos ciudadanos de una sociedad del conocimiento y en los trabajadores de una economía digital.

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