Motivar a los empleados para formarse puede ser la clave para que tu empresa sobreviva. La importancia de la formación continuada se ve en la participación tanto de trabajadores como empresas. Reduce costes, aumenta la promoción interna y mejora el clima laboral. Para que la plantilla tome parte de esta cultura de aprendizaje, es imprescindible facilitar la conciliación con flexibilidad y formación online. Además, propón desafíos y retos, y reconoce con premios y salario emocional los logros.
¿Por qué es conveniente motivar a los empleados para seguir formándose?
Necesitas motivar a los empleados para formarse si no quieres que tu empresa quede pronto desfasada. No se trata solo de la transformación digital y las ventajas que aporta la formación continua para los empleados. La capacitación continua permite mejorar las competencias y habilidades del personal, promover la promoción interna con una adecuada gestión del talento y reducir el coste que supone la contratación externa.
La formación de los empleados es indiscutiblemente una tendencia creciente y firme. Según los últimos datos de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), cada día aumenta la participación, tanto de los trabajadores como de las empresas.
Una de las ventajas destacadas de la formación online es la flexibilidad para llevar a cabo los cursos. No solo permite encajarlos mejor en la agenda sino también deslocalizarlos geográficamente.
Maneras efectivas de motivar a los trabajadores
Seguro que coincides en que una plantilla motivada y formada es más productiva, pero ¿Cómo se logra? El objetivo asociado a este reto es fomentar la autonomía del personal. Esta está directamente vinculada con el bienestar laboral y el trabajo en equipo.
Sigue estas 5 maneras efectivas para motivar a los empleados:
- Ofrecer oportunidades de formación que cubran las necesidades de la empresa: esta forma de retribución no tiene que suponer un impacto negativo en la cuenta de resultados. La formación bonificada propone un amplio catálogo de contenidos, entre los que puedes elegir las acciones formativas que requiere tu organización en cada momento.
- Facilita la conciliación para que esta no suponga un obstáculo en la formación. La dinámica nueva puede costar un esfuerzo de adaptación. Sin embargo, el tiempo de formación no debe ocupar horas fuera de la jornada laboral. Para ello, planifica los hitos de los proyectos y la estrategia de negocio, incluyendo el tiempo de formación.
- Reconocer y premiar la formación: destina tiempo y retribuciones en especie para incrementar la satisfacción por el trabajo bien hecho. Reducir los errores, ganar en tiempo invertido y aumentar la calidad mejora la experiencia del empleado. También puedes incluir en el salario emocional planes de formación de reconocido prestigio.
- Fomentar la cultura del aprendizaje: revisa las expectativas de los próximos años para orientar la formación laboral. Si la plantilla se auto percibe como competente, mejora su autoestima y se sentirá más segura en su crecimiento gracias a la formación profesional.
- Asignar tareas desafiantes: la formación empresarial debe motivar por el impulso que da al personal. Proponer retos enriquecedores y dotar de las herramientas formativas necesarias aumenta la creatividad, la innovación y, por tanto, la motivación. La repetición y el tedio en el trabajo es una de las barreras para el aprendizaje.