La vuelta al trabajo solía suponer un tiempo de adaptación al ritmo de productividad tras las vacaciones, que implican cambios de horario, de sueño y sin prisas. Este año, hay que añadir la situación derivada de la pandemia con el desafío creciente de personal afectado por el estrés y con problemas de salud mental, como ansiedad o depresión. Minimiza el impacto negativo de la vuelta con estos consejos que destacan la previsión y la flexibilidad.
Facilita la mejor vuelta al trabajo
Los departamentos de recursos humanos tienen la oportunidad de enfocar su estrategia de reincorporación en una de las patas del bienestar laboral, a saber la salud emocional de la plantilla, dejando en un segundo plano el pilar financiero, el físico y el social. El tecnoestrés y el aislamiento social están siendo dos de las principales causas del aumento de la ansiedad.
Uno de los recursos habituales en la modalidad presencial con la incorporación tras las vacaciones, era una pequeña reunión donde se compartían los momentos de disfrute con la familia o viajando, se repartían recuerdos o se enseñaban fotos. Si en tu empresa, este otoño sigue predominando el trabajo en remoto o híbrido, puedes sustituir este espacio físico por uno virtual, generando un apartado de la web interna, por ejemplo, donde colgar las imágenes motivadoras que recuerden a la plantilla que han vuelto con las “pilas cargadas” y que incluso en las peores condiciones ambientales, siempre hay tiempo y recursos para hacer que la vida sea gratificante.
La escucha y la comunicación es otra de las piezas claves para facilitar la vuelta al trabajo. Las medidas pueden ajustarse a las diversas necesidades de cada perfil, enfocando la seguridad e higiene si se trata de una reincorporación al modelo presencial. Para algunas personas, retomar el contacto físico con otras en espacios cerrados es fuente de desasosiego. Para ello, la empresa debe establecer un sistema de vigilancia de la salud de los empleados y mantener la información personal sobre la salud de estos con total garantía de confidencialidad.
Tips para reducir el impacto de la vuelta
Para que la adaptación al nuevo ritmo laboral sea progresiva, puedes organizar la distribución de tareas de las más sencillas e inmediatas a las más complejas. Si el empleado vuelve con el reconocimiento de su desempeño, ensalzando sus logros, encontrará la motivación para contribuir al aumento de la productividad de la compañía.
El efecto más comentado en la vuelta al trabajo es la falta de concentración y la disminución de la capacidad de autocontrol, con picos de mal humor. Una posibilidad para gestionar estas consecuencias es aumentar la flexibilidad de la jornada laboral en los primeros días. Si el trabajador, puede ir ajustando la hora de comienzo entre las 6 am y las 9 am, por ejemplo, integrará el nuevo ritmo de manera progresiva y con mejor actitud.
Por último, es muy recomendable contar con un plan de contingencia diseñado previamente al periodo vacacional, donde la empresa ponga en valor la actividad física, las horas de sueño, el derecho a la desconexión, especialmente la digital, y el disfrute de tiempo libre de calidad. La plantilla irá ajustando sus necesidades de conciliación personal y profesional de manera progresiva, evitando cambios bruscos en las dinámicas, previendo esa vuelta al trabajo, de manera descansada e ilusionada con los nuevos desafíos.