Las redes sociales se consideran un buen lugar para encontrar talento, ya que son muy utilizadas por los ciudadanos. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones los usuarios las usan a modo personal, con un objetivo que no es mostrarse a sí mismo en un ámbito profesional. De ahí que surja la duda sobre su validez para reclutar profesionales e incluso sobre si es lícito revisar las redes sociales de un candidato para intuir si es o no el profesional que estamos buscando o si tiene el perfil más adecuado para el puesto.

Reclutamiento en redes sociales: ventajas y desventajas

El reclutamiento en redes sociales presenta ventajas y desventajas. Una de sus ventajas es la rapidez con la que obtenemos información de toda índole acerca de los candidatos. Es una oportunidad única para revisar si la persona en la que estamos interesados tiene o no las características y habilidades que requiere el puesto de trabajo.

Es cierto también que la información que podemos obtener nos da una serie de datos que completan lo que se especifica en el currículum. Los usuarios suelen ofrecer muchos datos en sus redes sociales, en ocasiones de dominio público. Esto permite conocer al candidato más a fondo y comprobar con un mayor índice de acierto si encaja en la compañía y en el puesto para el cual postula.

Límite ético de investigar las redes sociales con fines profesionales

Todo el mundo tiene, además de un currículum profesional, un currículum social, conformado por toda la huella digital que ha ido dejando en Internet. Asomarse a un perfil de una red social, aunque sea pública, es una acción que siempre se encuentra bordeando la línea de lo que es o no ético.

Lo cierto es que es una forma de conocer al candidato, porque en las redes sociales una persona vuelca, de forma inconsciente, sus valores, opiniones, motivaciones o intereses, lo que nos ofrece una inmejorable información acerca de quién es. Sin embargo, toda esta información choca frontalmente con el derecho a la privacidad.

En este sentido, es importante establecer normas de uso de las redes sociales en selección. Es más,  en muchos países de Europa se está empezando a legislar sobre la consulta que pueden hacer los profesionales de los departamentos de Relaciones Humanas a los perfiles en redes sociales de las personas, sobre todo cuando pertenecen a la organización. La idea es encontrar un equilibrio entre el derecho a la privacidad y la tendencia al profesional que está conectado.

Utilizar las redes sociales para captar candidatos

En este sentido, lo más correcto sería hacerlo de manera inversa, y establecer el reclutamiento en las redes sociales por parte de las empresas. De hecho, es una práctica que ya se está utilizando. Los departamentos de Recursos Humanos utilizan redes sociales, especialmente las de carácter profesional, como LinkedIn, para encontrar el talento que necesitan.

Así, las soluciones del Big Data ofrecen la posibilidad de hacer predicciones y tomar las mejores decisiones utilizando información que no procede únicamente del currículum vitae, sino también de redes sociales, blogs o publicaciones. Esto permite encontrar profesionales perfectos para el puesto, aunque el mismo no esté en búsqueda activa de empleo.

En cualquier caso, los usuarios deben saber que una imagen mal cuidada en redes sociales o la carencia de privacidad en las mismas puede ser su talón de Aquiles a nivel profesional. Hoy en día es una práctica habitual por parte de los reclutadores consultar los perfiles públicos de los candidatos antes de contratarlos con el fin de contrastar la información aportada por el currículum, o conocer las opiniones que terceras personas tienen de ellos y valorar de esta manera si su marca personal se ajusta a la empresa. En definitiva, el reclutamiento en redes sociales tiene ventajas y desventajas, pero ante todo refleja una frontera ética difícil de definir.