¿Te has planteado si ser auténtico merece la pena? Quizá no hayas pasado por esa fase o quizá sí. La autenticidad es una señal de identidad y en muchas ocasiones pensamos que es un arte que unos pocos saben gestionar y no es así. La importancia de comunicar unos valores es fundamental en el día a día de un profesional. Hemos visto y vemos cada día que lo que se valora es la autenticidad. Sí, quizá estés pensando lo que muchos me han comentado al escribir este artículo. “No estoy seguro de que ser auténtico te haga alcanzar el éxito”.

Estoy convencido que una persona auténtica tiene largo recorrido personal y profesionalmente. Un buen profesional me dio en su día dos claves que me repito cada día y que ahora quiero compartir contigo:

  • Coherencia

  • Consistencia

A estas dos claves yo le he ido añadiendo otras, yo les llamos las “C’s” que forman parte de mi como persona y como profesional, el Cariño, la Confianza…

Pero no digo que estas tengan que ser tus “C’s”, si lo son o si las compartes, quizá tengamos más en común de lo que creemos… En definitiva lo que debemos conseguir es tener unos pilares básicos como personas y como profesionales. Te invito a que hagas ahora una pequeña reflexión incluso comentes más abajo que “C’s” tienes tú. Si llevamos estas claves al mundo empresarial tenemos dos puntos de vista que me gustaría abarcar en este post: el de el empleado y el de la empresa.

El punto de vista del empleado

Permíteme ponerme en el punto de vista del candidato a acceder a un puesto y en el punto de vista de alguien que ya forma parte de una compañía. Ambos ejemplos aunque se encuentren en distintas fases laborales tienen la opción de ofrecer lo mismo a la compañía.

Uno por no estar dentro de la compañía intentará demostrar sus valores en el proceso de selección. La persona que ya está dentro de la organización demuestra cada día con sus actitudes sus valores. Estos valores deberían ir alineados con lo que la empresa predica (sus intenciones) pero ahora entraremos en el mundo de la empresa.

La posición de la empresa

En el otro lado tenemos a la compañía como un ente, como un conjunto de personas que forman esa estructura que puede permitir cambiar la sociedad con su aportación diaria. Pues bien, la empresa necesita dejar de predicar intenciones y pasar a las acciones. Tanto los empleados como la sociedad (clientes) quieren que las empresas les hagan experimentar esos valores y acciones más concretamente, esa coherencia y consistencia. Llevamos ya un tiempo viviendo un cambio en el día a día de las organizaciones y es ahora cuando todos reclamamos más acción y más autenticidad de las compañías y sus integrantes.

Está claramente demostrado que las empresas que mantienen claros esos pilares de los que hablaba al comienzo de este post tienen un mayor impacto positivo en el negocio. Aquellas empresas que mantengan y desarrollen más “C’s” en su día a día, con la aportación de todos los/as que componen su estructura, alcanzarán mayores beneficios. Ojo a largo plazo, esta carrera es una carrera de resistencia.

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