Las cosas suceden, de una manera u otra. Y cuando lo hacen, el resultado puede llegar a ser tan sorprendente que deje en cada uno un poso que te marque para mucho tiempo. A lo largo los últimos artículos que he escrito para este blog he venido comentando y describiendo lo que es una Pink Slip Party: cómo surgió la idea de ponerla en marcha, su razón de ser, y algunas de las consecuencias que provoca un evento de este tipo en el carácter de las personas.

Quiero cerrar la serie explicando el funcionamiento del evento que tuvo lugar el pasado día 23 de junio en Valencia. Ha habido otras PSP, pero la primera a la que acudes deja una impronta que te permite ver las cosas desde otra perspectiva.

Cuando se hacen las cosas por primera vez siempre tienes la incertidumbre de saber si todo va a salir como lo esperas. Esa entrevista de trabajo tras muchos meses buscando sin parar. La primera vez que te incorporas a tu puesto de trabajo… En el caso de Valencia, las dificultades no estaban en saber si quien impartía la charla (Ximo Salas, @XSalas) sería capaz de crear el ambiente adecuado para tanta expectación. Ni si el Centro de Estudios Financieros (CEF) contaría con las instalaciones y medios técnicos necesarios y adecuados. Todo eso estaba calculado hasta el último detalle, y no había margen para el error en ninguno de los casos.

El principal temor que podía percibirse por parte de quienes lo organizaban, y por parte de quienes debían alojar a los espectadores que acudieran era conocer cuánta gente acudiría finalmente a la Pink Slip Party.

Las redes sociales personales de no menos de media docena de personas estuvieron funcionando a pleno rendimiento las semanas previas al evento. Twitter, blogs y Facebook publicaban constantemente mensajes de aliento, de ánimo y de esperanza. De que algo diferente está cambiando la forma de entender la búsqueda de empleo, y de que incluso en los momentos difíciles todo puede ser posible. Sólo hay que ser positivos y cambiar de perspectiva. Y las cosas pueden llegar a verse desde otro punto de vista.

A las siete menos cinco de la tarde el aforo de una sala dispuesta para unas noventa personas se antojaba algo justa para tanta audiencia. A las siete y cuarto, echando un vistazo a la parte trasera de la segunda aula, no era posible ver un alfiler cayendo al suelo. La expectación era tremenda. Las expectativas superadas con creces. Las caras de la gente… Mostraban en su semblante expresiones entre la duda, la sorpresa, la incertidumbre y la necesidad de un cambio en positivo.

La PSP funciona de una forma simple y ejemplar. Tras las presentaciones de obligado cumplimiento, un ponente u orador (en este caso Ximo Salas, experto en recursos humanos y coach) ofreció una breve charla sobre lo que significa la evolución al 2.0 en la búsqueda de empleo. Tanto para las empresas como para quienes buscan encontrar una salida. Un empleo. Aproximadamente cuarenta minutos medidos de puro optimismo en vena. Los ánimos de la gente, algo dubitativos al principio, se tornaron despreocupados y voraces por conocer más cuando Ximo terminaba de relatar su adaptación de un cuento de Jorge Bucay, llamado ‘Obstáculos’.

Posteriormente, finalizada la charla, lo mejor de la PinkSlip, el momento en que reclutadores y empresas saltan al estrado, dan un paso al frente, y se enfrentan cara a cara con un público necesitado de pan y de sudor. A gente con ganas de trabajar de verdad. Si no recuerdo mal, fueron unas diez o doce empresas las que presentaron sus ofertas, las que dejaron anotadas en una pizarra desbordada, otras tantas docenas de direcciones de correo electrónico para que la gente pudiera enviar su currículo.

Empresas venidas de Valencia, de Castellón, de Madrid… Agencias de empleo, reclutadores y personas de recursos humanos… ¡Aquí hay trabajo! Pero lo mejor de todo, la posibilidad de poder hablar de tú a tú con los responsables de cada una de las ofertas, fuera el gerente de una empresa, el responsable de I+D+I de otra, o con las encargadas de los procesos de selección para Rusia, China y otros países.

En la PSP de Valencia se habló de la importancia de las redes sociales para dinamizar un perfil curricular que puede mostrar poco. Que pueden enseñar tan sólo nuestro pasado: lo que hemos hecho. Nada más. Y de la necesidad de utilizar esas mismas redes sociales para hacer que nuestro currículo sea siempre presente y que hable de nuestro futuro. Porque con cada aportación en positivo que realizamos en cualesquiera de nuestros perfiles, cuando hablamos de nuestras capacitaciones, de nuestros intereses profesionales… Todo eso suma para definirnos como profesionales, y para que quienes se interesen por nosotros averigüen más y mejor sobre cómo trabajamos realmente.

Las redes sociales favorecen ese trabajo conjunto. Mejoran nuestras relaciones sociales. Nos facilitan el Networking. Pero lo más importante es que somos nosotros quienes debemos de cultivar esas relaciones. Somos quienes tenemos que propiciar que se interesen por nosotros. Y hemos de trabajar, día a día, porque nuestra capacitación demuestre el valor que tiene en cada gesto y en cada acción.

El empleo hay que buscarlo y hay sólo hay una forma de hacerlo: tenemos que ser dinamizadores de nuestro futuro, impulsores de nuestras capacidades, y los primeros que nos creamos que somos capaces de hacerlo. Si conseguimos transmitir eso, tendremos el mundo a nuestros pies.

@AntonioVChanal
Coach y Profesor de Redes Sociales