Más de 20 millones de ciudadanos de la Unión Europea están en el paro, según los últimos datos de Eurostat. Con una tasa de desempleo cercana al 9%, el Viejo Continente está alcanzando máximos históricos. Reino Unido, con 2,26 millones de parados, llega a su pico más alto en trece años. Y sus perspectivas no son halagüeñas, tres de cada diez empresarios británicos están pensando en recortar aún más su plantilla en los próximos meses. España, como apuntaba el último Euroíndice Laboral IESE-Adecco, tendrá en septiembre tantos desempleados como Francia e Italia juntas (4,6 millones).
Tan sólo Alemania parece salvarse de la quema. A pesar de soportar el mayor derrumbe económico de la UE, el incremento de su tasa no ha sido mayor del 2%. Para Eduardo Melero, profesor de Recursos Humanos de la Universidad Carlos III y colaborador de ESCP Europe, la explicación de esta realidad está directamente relacionada con el nivel de flexibilidad del mercado laboral. «En España, también en Europa del Este, existen muchos aspectos inflexibles, no sólo el despido, también la negociación salarial, la duración de la jornada… A mayor proteccionismo, menor dinamismo del mercado», explica y añade que, en consonancia con esto, serán los países como Alemania, Polonia o Dinamarca, con alta productividad y sistemas muy flexibles -de alto nivel de rotación y bajo nivel de desempleo-, los que más rápido se recuperarán. «Siempre que se cumplan los plazos de recuperación…», puntualiza.