Cada día, cientos de currículos son enviados a los departamentos de Recursos Humanos de las empresas. Una buena trayectoria laboral y unos estudios apropiados pueden hacer que un candidato destaque sobre los demás. Sin embargo, hasta que te sientes frente a él no sabrás si se trata de la persona que estás buscando.
La entrevista de trabajo te permite conocer al candidato y ver si se adapta al equipo del que formará parte. Una buena actitud y la proactividad pueden ser más importantes que una amplia experiencia. No obstante, no sabrás qué persona cumple con esos requisitos hasta que no la tengas cara a cara.
Tipos de entrevistas de trabajo
No todas las entrevistas de trabajo son iguales. En función del perfil de la persona que estés buscando será mejor plantear la prueba de selección de una manera o de otra, ya que según ella no sólo verás si elegir al candidato o no pero también seducirle para que se cambie de trabajo se decida por tu empresa. Veamos qué modalidades nos podemos encontrar:
- Entrevista no dirigida: Se trata de una entrevista sin estructurar en la cual las preguntas se plantean en función de lo que se vaya viendo del candidato. La conversación es libre y puede avanzar en diferentes direcciones. Lo bueno de este tipo de entrevistas es que el candidato se relaja y se muestra más natural.
- Entrevista dirigida: Es justo lo contrario que la anterior. Este tipo de entrevistas te pueden resultar muy útiles cuando todavía no cuentas con demasiada experiencia en el departamento de Recursos Humanos. Llevar un guión de las preguntas que quieres hacer te ayudará a no perderte a lo largo de la conversación. Es importante que seas tú quien dirija la entrevista y no el candidato, por lo tanto, llevar todo bien preparado te dará seguridad a la hora de afrontar el encuentro.
- Entrevista estructurada: La entrevista estructurada es siempre la misma para todos los candidatos al puesto. Puede hacerse de forma hablada o escrita y lo que busca es averiguar los conocimientos técnicos de las personas que quieren trabajar en tu empresa. Se utiliza para hacer una primera selección en función de la experiencia y los estudios necesarios para el puesto en concreto. Normalmente, los cuestionarios de este tipo se suelen combinar con otras modalidades de entrevista más libre para conocer a la persona que hay detrás de los datos.
- Entrevista de estrés: El objetivo que persigue este tipo de entrevista es averiguar de qué forma reacciona el candidato al estrés. La conversación suele ser hostil e incómoda al principio, aunque tras un tiempo se va relajando para no causar mala impresión al posible futuro empleado. Recuerda que no solo tú estás conociendo a la persona, sino que ella también está evaluando cómo le trata la empresa. Si no tienes tacto a la hora de manejar este tipo de situaciones es posible que sea el candidato el que no quiera acceder al puesto.
Como ves, existen muchos tipos de entrevistas de trabajo que puedes elegir en función de tus necesidades. Elegir un buen candidato no es una tarea sencilla pero plantear las preguntas correctas te ayudará a tomar una buena decisión.