La crisis económica que estamos sufriendo en estos momentos tiene dos incidencias directas en el mundo laboral: por un lado, la imparable y terrible subida de las cifras del paro; y por otro, la situación en la que se encuentran las personas que aunque mantienen sus puestos tienen que hacer frente a condiciones y ambientes laborales muy complicados.

Los responsables de recursos humanos y directivos deben saber afrontar estos difíciles momentos para que las consecuencias sobre la motivación y la productividad de los empleados sea lo menor posible. Aunque cada empresa es un mundo y debe tratar la situación de manera diferente, estos son algunos consejos a tener en cuenta:

– La comunicación se hace fundamental: mantener informados a los trabajadores de la situación real por la que atraviesa la empresa es importante en cualquier momento pero ahora más que nunca. Es necesario crear un canal de comunicación empresa-empleados donde se informe de manera clara de cada avance o retroceso que se produzca. Esta es la única manera de evitar la rumorología y las conjeturas que lo único que consiguen es crear incertidumbres y afectar al ritmo de trabajo. Los empleados tienen derecho a conocer cómo están las cosas en la compañía.

–  Predicar con el ejemplo: es muy habitual en estos momentos que para reducir costes las empresas se vean obligadas a reducir los sueldos de sus trabajadores y además se les pida un sobresfuerzo para superar esta situación los antes posible. Esto no es asumible si no se garantiza que los salarios se recuperarán cuando la situación remonte y por supuesto, sin que los directivos reduzcan también sus sueldos.

– Intentar compensar las bajadas de sueldo con otros incentivos como descuentos en gimnasios, restaurantes, guarderías, aseguradoras…

– Cuidar el ambiente de trabajo: aunque a veces resulte complicado, es necesario crear un ambiente positivo. Para lograrlo es importante que los jefes y directivos estén cerca de los trabajadores, hablando con ellos, transmitiendo energía positiva y por supuesto, riéndose un poco.

– Escuchar a los empleados: no debería ser un medida de tiempos de crisis pero en estos momentos se hace más necesario que nunca involucrar a los trabajadores y escuchar sus ideas y opiniones. El trabajo del día a día da una perspectiva de la que pueden surgir muy buenas ideas para el ahorro de costes, la mejora de productos… Gracias a esto los empleados tendrán una actitud más activa y participativa que repercutirá muy positivamente en la empresa.

Estas son solo algunas ideas pero seguro que se os ocurren muchas más, no dudéis en comentárnoslas!